Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 785
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Capítulo 785:
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El rostro de Collin se endureció y sus cejas se fruncieron al darse cuenta.
Linsey, percibiendo su duda, añadió con más fuerza: «Dejé Grester con Gorman hace cuatro años. Desde entonces, he estado en el extranjero con él…»
Antes de que pudiera terminar la frase, el aire entre ellos cambió radicalmente.
Los labios de Collin chocaron contra los suyos en un beso lleno de anhelo desesperado, cortándole las palabras y abrumando sus sentidos.
El asombro se reflejó en los ojos de Linsey, cuyo cuerpo quedó momentáneamente paralizado por la inesperada intensidad del beso.
Levantó las manos para empujarlo, pero el fuerte agarre de Collin en la cabeza y la cintura la sujetaba con fuerza, dejándola incapaz de liberarse.
«¡Suéltame!» La voz de Linsey se apagó contra sus labios mientras forcejeaba en vano.
En un repentino arrebato de desafío, Linsey mordió con fuerza el labio de Collin.
Collin gimió con los dientes apretados, y por fin aflojó el agarre. Aprovechando su breve momento de debilidad, Linsey lo empujó con fuerza.
Luego, sin mediar palabra, le propinó una fuerte bofetada en la cara, cuyo sonido resonó con fuerza.
La cabeza de Collin se giró por la fuerza de la bofetada, que le hizo volver a la realidad.
El repentino escozor que golpeó su mejilla despejó la bruma de su mente.
En un instante, Collin comprendió la gravedad de sus actos y el arrepentimiento se apoderó de él.
Collin se quedó helado, mirando fijamente a Linsey, que respiraba con dificultad, visiblemente agitada. Sus ojos reflejaban una mezcla de disculpa y emociones encontradas.
Linsey se serenó lentamente mientras cerraba la mano en un puño.
«Lo siento…» Collin dijo, su voz vacilante, su aplomo habitual sustituido por una mirada de derrota.
Linsey le cortó, con expresión vacía, mientras decía con firmeza: «Voy a ser clara una vez más. Gorman y yo tenemos un fuerte vínculo. Necesito que te mantengas alejado de mi vida».
Ante sus palabras, el rostro de Collin se vacía de emoción.
Inspiró profundamente, sus labios temblaban, incapaz de hablar, su respiración irregular y pesada en el silencio.
Finalmente, Collin se dio la vuelta y se alejó, cada paso cargado con el peso de su pena.
Su figura en retirada se desmoronó visiblemente bajo la tensión emocional.
Al darse la vuelta, Linsey sintió que se le hacía un nudo en la garganta.
Apartó la mirada, los ojos escocidos por las lágrimas que luchaba por contener.
Una profunda pesadez se apoderó de su pecho y le impidió respirar. Inclinándose ligeramente, Linsey se sintió agotada y sus manos se aferraron a la barandilla para evitar caer.
¿Por qué insistió Collin en enfrentarse a ella? ¿Qué derecho creía tener? ¿Por qué no podía dejarla en paz?
A pesar de su afecto por otra, ¿por qué seguía molestándola? La confusión se arremolinaba en la mente de Linsey, y el aluvión de pensamientos intensificaba su dolor de cabeza.
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