Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 752
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Capítulo 752:
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«CR Corporation acaba de anunciar un banquete para mañana por la noche, en vista del éxito del concurso de diseño de este año. Han invitado a todas las empresas participantes en el concurso de diseño y a sus diseñadores. También van a organizar una subasta», explica Dolores a Gorman, un poco desconcertada. «Es una novedad; no lo han hecho después de concursos anteriores».
Cuando escuchó las palabras de Dolores, la mente de Gorman volvió al aeropuerto. Allí había visto a Collin y a Dustin.
Gorman supuso que el banquete no era una coincidencia. Collin debió organizarlo tras verle regresar a Grester con Zenia.
Después de todo, Zander se parecía mucho a Linsey. Y cuando Zenia le llamó papá, probablemente despertó algo en Collin, lo suficiente como para hacerle sospechar.
Gorman supuso que Collin quería respuestas. Así que decidió presentarse en el banquete con Linsey y dejar que Collin los viera juntos. Tal vez entonces finalmente se daría por vencido.
«De acuerdo. Iré con Linsey mañana por la noche», dijo Gorman, con una sonrisa socarrona en los labios.
Cuando Linsey despertó, la habitación estaba en penumbra y en silencio.
Se incorporó de repente, aturdida y confusa.
Su corazón se hundió. Había prometido recoger a Zenia.
Frustrada, se quitó la manta y salió de la cama. Ni siquiera recordaba cuándo se había dormido.
Recordaba vagamente haber comido con Dolores y Caylee después de que se anunciaran los resultados del concurso.
Habían planeado ir juntos al aeropuerto.
Linsey supuso que se había quedado dormida por el camino. Pero ahora no era el momento de averiguarlo.
Encendió la luz, se vistió rápidamente y se apresuró a abrir la puerta.
Justo entonces, dos pequeñas figuras aparecieron frente a ella.
«¡Mami, por fin estás despierta!» Dijo Zander.
«¡Mami, te he echado tanto de menos!» exclamó Zenia.
Zenia y Zander se envolvieron alrededor de sus piernas, uno a cada lado.
Zenia se aferró a ella, mirándola con ojos grandes y preocupados. «Mamá, ¿todavía te encuentras mal?».
Linsey se quedó de piedra. No esperaba que Zenia estuviera ya aquí. Su corazón se llenó de alegría.
Se arrodilló y estrechó a los dos niños en un fuerte abrazo.
Con los ojos llorosos, se dirigió a Zenia. «Lo siento mucho, cariño. No he venido a recogerte».
Zenia negó seriamente con la cabeza. «No pasa nada. Gorman, Dolores y Caylee dijeron que estabas muy cansada y necesitabas descansar. Lo entiendo, mami».
Justo entonces, sonó una cálida voz. «Linsey.»
Levantó la vista y vio a Gorman caminando hacia ella, con una amable sonrisa en el rostro.
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