Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 722
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Capítulo 722:
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Collin le miró fríamente, sin querer explicarse. «Estoy seguro. Linsey no estaba embarazada. Así que deja de adivinar».
Estaba seguro porque lo recordaba con claridad: hacía cuatro años, Linsey había resultado herida en la fiesta de cumpleaños de Carol. Desde aquel día hasta su divorcio, dos meses después, no habían vuelto a intimar.
Antes de la fiesta, seguían enamorados. Si hubiera estado embarazada entonces, se lo habría dicho. Algo así no podía permanecer oculto. Además, por la forma en que la había lastimado, Collin dudaba que alguna vez pudiera tener un hijo suyo.
Ese pensamiento le hizo esbozar una amarga sonrisa. Sus ojos se ensombrecieron con silenciosa tristeza.
Dustin se dio cuenta. El rostro de Collin, ya inexpresivo, se volvió aún más frío.
El corazón le dio un vuelco. Rápidamente dijo: «Olvida que pregunté».
Collin tomó aire y preguntó en voz baja: «¿Has sabido algo de Linsey?».
Dustin respondió sin pensar: «Dolores me advirtió que no lo hiciera. Incluso hoy me ha gritado».
Collin no parecía sorprendido. Se limitó a asentir ligeramente. «Ya veo». Dustin se sintió incómodo al verle sumirse en el silencio.
Alguna vez se había preguntado si la diseñadora que contrató Dolores podría ser en realidad Linsey. Pero no estaba seguro.
Incluso una vez se lo pidió directamente a Dolores. Ella se burló de él y lo echó de su despacho.
Sinceramente, Dustin creía lo que le decía: sería mejor no sacar el tema de Linsey. ¿Por qué remover viejos dolores?
Ahora, incluso pensaba que se había confundido al pensar que Zander podía ser hijo de Linsey y Collin.
Mucha gente se parecía. Y Zander era sólo un niño. Sus rasgos aún no estaban completamente formados.
Cuanto más lo pensaba, más se arrepentía de haber hecho esas preguntas. Sólo habían molestado a Collin.
Aun así, Dustin sabía que, pronunciara o no su nombre, Collin siempre pensaría en Linsey.
Dustin no pudo evitar preguntarse… ¿Estaba con alguien más ahora? ¿Casada, tal vez?
Al día siguiente comenzó por fin el esperado concurso de diseño de moda.
Todo se hacía de forma anónima. Los diseñadores trabajaban detrás de pantallas y sólo se mostraban sus puestos de trabajo en tiempo real. Los jueces y los espectadores podían ver cada paso de su proceso creativo a través de una retransmisión en directo.
Antes de que todo empezara, Dolores y Linsey estaban en la sala de descanso privada de los concursantes.
Dolores agarró a Linsey por los hombros y le dijo: «Linsey, no te estreses. Aspiremos a un buen puesto, quizá el segundo o el tercero. La empresa de Collin trajo a Arthur Flores, el diseñador mundialmente famoso. Es una leyenda. Vencerlo no será fácil. Pero pase lo que pase, siempre serás el mejor en mi corazón».
Linsey se rió entre dientes. «Dolores, estás más nerviosa que yo».
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