Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 671
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Capítulo 671:
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Tras un momento de indecisión, suspiró y colgó el teléfono, decidiendo esperar.
Mientras tanto, el subordinado de Jeffery acompañaba a Linsey a su habitación del hospital.
«¡Señora Brooks, gracias por hacerle este favor al señor Lawson!», dijo el subordinado con seriedad antes de marcharse.
Linsey parpadeó, momentáneamente sorprendida. Rápidamente, hizo un gesto despectivo con la mano. «No hay de qué. El señor Lawson me pagaba bien, así que sólo hacía mi trabajo».
El subordinado asintió y se marchó.
Justo cuando Linsey estaba a punto de cerrar la puerta, su mirada se elevó y se clavó en los ojos profundos y apenados de Collin.
«¡Tú!» Sus ojos se abrieron de golpe. Sin pensarlo, intentó cerrar la puerta de un portazo.
Sin embargo, Collin fue más rápido. Presionó la puerta, se deslizó dentro con facilidad y la cerró con un golpe seco.
«¡Collin Riley!» La voz de Linsey llevaba un agudo borde de ira.
Abrió la boca para decirle que se fuera, pero antes de que pudiera reaccionar, una mano fuerte le agarró la muñeca.
Se quedó sin aliento. En un instante, se vio envuelta en un abrazo familiar y cálido.
Su aroma, frío y dolorosamente familiar, la envolvió y despertó algo en lo más profundo de su ser.
Durante un fugaz segundo, casi pareció que los acontecimientos de ayer no habían sido más que un sueño.
«Linsey, sé que me equivoqué. De verdad sé que me equivoqué», murmuró Collin, con voz cruda.
La abrazó con fuerza, como si temiera que se desvaneciera. Aunque había pasado menos de un día, a él le parecía una eternidad desde la última vez que la había abrazado.
Respiró entrecortadamente, con un dolor insoportable en el pecho.
Al principio, Linsey forcejeó, intentando apartarlo. Pero cuando oyó sus palabras, su cuerpo se puso rígido y su corazón tembló violentamente. La vista se le nubló. En ese momento, no supo si era la realidad o sólo otro cruel truco de su mente.
Collin esperó a que ella hablara, pero permaneció en silencio.
El pánico se apoderó de él. Su voz se volvió desesperada. «Linsey, por favor, dame otra oportunidad. No volveré a mentirte. Lo juro, sé que me equivoqué».
Linsey escuchó sus palabras roncas y suplicantes.
Desde que lo conocía, nunca lo había visto tan humilde. Se imaginaba que, como fundador de CR Corporation, Collin nunca había suplicado a nadie.
Pero aun así, no se atrevía a volver a creer en él.
Su voz era baja pero firme. «Collin, ¿recuerdas lo que te dije antes? Dije que más que estar con un hombre rico, preferiría que mi marido fuera normal».
Los ojos de Collin brillaron con lágrimas no derramadas ante sus palabras.
Sus dedos apretaron la tela de la bata del hospital y su voz se llenó de emoción. «Puedo ser una persona normal, Linsey. Si eso es lo que quieres, me alejaré de todo. No seré el fundador de CR Corporation, sólo seré Collin».
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