Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 668
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Capítulo 668:
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Tras un breve momento de silencio, miró a Jeffery, con el rostro firme, y le dijo: «¿Y si te dijera que sé cómo convencer a Carol para que se someta a la prueba de la médula ósea, estarías dispuesto a pagarme por ello?».
La reacción de Jeffery fue de pura sorpresa. «Lo siento. ¿Qué?»
«Creo que puedo convencer a Carol de que acepte el partido de buen grado», dijo Linsey con calma.
Había pasado una hora y ahora estaban en la habitación de Jeffery en el hospital. Con incertidumbre, Jeffery expresó sus dudas. «¿Estás seguro de que este plan tendrá éxito? Cuanto más lo pienso, menos convincente me parece».
Linsey respondió con tono gélido: «¿De verdad consideras a Carol alguien de fiar?».
Sorprendido, Jeffery se quedó en silencio.
«Con Carol son necesarios métodos poco convencionales. No te preocupes, no te lo propondría si no estuviera segura, sobre todo después de haberte cobrado unos honorarios tan importantes», continuó Linsey con confianza.
Justo en ese momento, el teléfono de Jeffery vibró con un mensaje de su asistente. Echó un vistazo a la pantalla antes de decir: «Carol viene ahora».
Linsey comprobó mentalmente la hora y juzgó que era la correcta. Luego levantó la voz intencionadamente y dijo: «Jeffery, no hay por qué estresarse. Si Carol se echa atrás, estoy dispuesta a someterme al procedimiento, con una condición. Después de donar, tus padres deben adoptarme y darme el 5% de las acciones del Grupo Lawson».
A Jeffery le dio un vuelco el corazón al procesar sus palabras.
Curiosamente, las condiciones de Linsey no le enfadaron; la idea de que formara parte de su familia le produjo una sensación de felicidad.
Al darse cuenta de la distracción de Jeffery, Linsey le tocó la mano con gesto tranquilizador y le dirigió una mirada mordaz, indicándole que se ciñera al guión.
Saliendo de sus pensamientos, Jeffery se aclaró la garganta y dijo: «Hmm… Supongo que tendré que tomarme un tiempo para considerarlo».
Linsey no tardó en expresar su impaciencia. «¿Qué hay que reflexionar? Ayer fui testigo de la negativa de Carol a ayudarte. Si aceptas mis condiciones, yo pasaría a formar parte de la familia Lawson, obtendría las acciones y, simultáneamente, se solucionaría tu problema. Es beneficioso para ambos».
Justo después de sus palabras, un fuerte golpe resonó desde el exterior.
Reprimiendo una sonrisa, Linsey susurró: «Carol está escuchando a escondidas y no está contenta».
Intentando contener la risa, Jeffery respondió: «No aceptaré tus condiciones. Carol se enfadaría».
La respuesta de Linsey fue juguetona y a la vez frustrada. «¿Pero no declaraste ayer que Carol ya no era tu hermana?».
«Eso fue en caliente», replicó Jeffery.
La frustración de Linsey fue en aumento: «¿Cómo es posible que Carol, que desatiende tus necesidades, merezca un hermano como tú? Si no se trata tu enfermedad, ¿quién dirigirá el Grupo Lawson? Cuando la empresa se desmorone, ¡veremos cómo se las arregla Carol sin la fortuna familiar en la que apoyarse!».
Mientras Jeffery observaba el creciente compromiso de Linsey con su papel, un brillo de diversión apareció en sus ojos. Le siguió el juego y le dijo: «¡Basta, Linsey! Si sigues hablando mal de mi hermana, tendré que pedirte que te vayas».
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