Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 656
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Capítulo 656:
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Sus elaborados preparativos para la proposición le habían causado, sin querer, un inmenso dolor.
Al darse cuenta de la verdad, a Collin se le llenaron los ojos de lágrimas. Se retiró, incapaz de reunir las palabras que pudieran convencerla de que se quedara.
Si insistía más, sabía que sólo conseguiría su odio.
Linsey interpretó su silencio como una aceptación.
Bajó los ojos, su visión borrosa cayó sobre su abdomen.
Sin que Collin lo supiera, estaba embarazada de él.
Ahora bien, Linsey decidió mantener este secreto, temiendo que revelarlo sólo complicaría aún más sus vidas.
Estaba decidida a criar sola a su hijo si era necesario.
«Nos reuniremos dentro de cinco días, como acordamos. Espero que estés allí, así no tendré que venir otra vez», susurró Linsey, terminando su declaración sin mirar a Collin.
Volviéndose hacia Gorman, le dijo: «Vámonos. ¿Podrías llevarme de vuelta al hospital?»
En ese instante, Gorman se sintió secretamente emocionado.
Sin embargo, la petición de Linsey le devolvió al momento, aunque no pudo ocultar del todo su sonrisa.
«Por supuesto, Linsey. Volvamos», respondió Gorman.
Todo su esfuerzo le había valido por fin el ansiado puesto junto a Linsey.
Desde la distancia, Collin observó que Linsey y Gorman estaban demasiado cerca, lo que le produjo un profundo escozor.
Con la frustración a flor de piel, soltó: «Linsey, no voy a discutir si quieres el divorcio. Pero…»
Sus ojos se entrecerraron en Gorman mientras decía: «Gorman no es digno de confianza. No deberías fiarte de él. Es…»
La paciencia de Linsey se agotaba cuando Collin intentaba dictar sus decisiones una vez más.
Erguida, replicó tajante: «Mis decisiones tras nuestro divorcio son sólo mías. Te agradecería mucho que me dejaras en paz».
Collin la miró, estupefacto. «¿En serio estás eligiendo a Gorman?»
Ante esto, la sonrisa de Gorman se ensanchó. No era de extrañar: Collin seguía atrapado en su propia espiral de celos.
Tratando de controlar su frustración, Linsey respondió bruscamente: «Estamos poniendo fin a nuestro matrimonio. Tu opinión sobre mis futuras relaciones es innecesaria, ¿verdad?».
Y añadió con desdén: «Y si encuentras una chica adecuada a tu estatura, ten por seguro que me callaré».
Con una mirada desdeñosa, Linsey cogió el brazo de Gorman y se alejaron decididos.
A Gorman le dio un vuelco el corazón. Todo su pecho se calentó por el gesto de Linsey.
Mientras se marchaban juntos, Collin sólo pudo contener una risita amarga. «¡Muy bien!»
En un arrebato repentino, Collin dio una patada a una mesa cercana, cuyo golpe resonó con fuerza, sobresaltando a todos los presentes.
Se había acabado. Ya no había ninguna posibilidad de volver a estar juntos. ¿Qué iba a hacer ahora?
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