Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 633
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Capítulo 633:
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Cada palabra de Collin parecía destrozarla un poco más.
«Esa era exactamente mi razón», continuó Collin en voz baja. «También significaba que, si alguna vez las cosas iban mal, el divorcio sería sencillo».
Linsey perdió el color de su rostro y sus rodillas se doblaron, casi haciéndola caer al suelo.
Gorman, reaccionando al instante, la cogió y la estrechó en un abrazo protector. Su mirada se suavizó al contemplarla, con la preocupación y el dolor grabados en el rostro. Al volver la vista hacia la puerta, su expresión se ensombreció, con un destello de ira en los ojos.
La verdad le golpeó con fuerza. El engaño de Collin iba más allá de lo que hubiera podido imaginar. No sólo era Collin el fundador de CR Corporation, sino que su supuesta discapacidad también había sido una mentira. ¿Cómo podía un hombre ocultar tanto a la mujer que le amaba? A los ojos de Gorman, las acciones de Collin parecían casi imperdonables.
Sin aliento, Linsey luchó por estabilizarse. Se aferró al brazo de Gorman, su voz apenas más que un susurro. «Vamos…»
La desesperación la invadió: tenía que escapar, encontrar algún lugar lejos del amargo aguijón de las palabras de Collin, algún sitio donde pudiera recuperar la compostura y volver a respirar libremente.
Gorman asintió en silencio, apoyándola mientras la alejaba suavemente de la escena.
Dentro de la habitación, los demás permanecían ajenos a lo que ocurría afuera. Dominic sirvió agua para el grupo, lanzando una mirada interrogativa a Collin.
«Esos eran sólo tus pensamientos iniciales, ¿no?», preguntó. «Esta noche, estás haciendo públicas tus intenciones. Al revelar tu identidad como fundador de CR Corporation, te aseguras de que Linsey sea respetada y protegida.»
Al mencionar el nombre de Linsey, la expresión habitualmente distante de Collin se suavizó con una calidez inconfundible.
«No hay duda», respondió Collin en voz baja. «Linsey lo es todo para mí. He tomado una decisión: ella es la única para mí. Nunca habrá nadie más».
Collin había planeado meticulosamente cada detalle de su proposición para esta noche, con la esperanza de que Linsey se dejara llevar por la sorpresa. Quería declarar su amor, no sólo a Grester, sino al mundo entero.
Llevaba mucho tiempo esperando este día.
Pensando en la velada que le esperaba, una sonrisa apareció en su rostro. Sacó el teléfono y dudó entre llamar a Linsey o enviarle un mensaje. Probablemente ella ya había recibido el elegante vestido y las joyas que él había elegido y seguramente estaba ocupada preparándose.
Como no quería molestarla, Collin decidió enviarle un mensaje de texto:
Cariño, ¿te gusta el vestido?
Pero lo que Collin no sabía era que Linsey estaba sentada en el coche de Gorman en ese mismo momento, mirando su mensaje con lágrimas que le nublaban la vista. Una sola lágrima cayó, emborronando el cariñoso apodo que había guardado para Collin en su teléfono.
Su corazón se sentía insoportablemente oprimido mientras se preguntaba por qué Collin seguía enviando esos mensajes. Entre todas sus dulces palabras, ya no podía distinguir cuáles eran auténticas y cuáles no eran más que promesas vacías.
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