Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 624
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Capítulo 624:
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Junto a Collin había una cara que Linsey reconoció de inmediato: era Jeffery.
A Linsey se le cortó la respiración, los ojos le escocían de lágrimas mientras miraba a Carol.
«¿Qué sentido tiene enseñarme esta foto? Se suponía que yo también tenía que asistir a ese evento…»
Carol se limitó a hacer una mueca, sacando otra fotografía.
Esta vez, era un primer plano de la elegante invitación de la familia Lawson.
«¿Ves aquí el emblema de CR, Linsey? Representa a CR Corporation o, más exactamente, a su fundador», dijo Carol, con un tono inquietantemente tranquilo.
Y continuó: «Nuestra familia clasifica las invitaciones según el estatus de los invitados. La que recibió su marido era la versión exclusiva en negro y dorado, reservada sólo para los asistentes más estimados».
Inclinándose hacia delante, Carol clavó en Linsey una mirada penetrante. «¿Ves por qué te invitaron a nuestro banquete? Todo estaba relacionado con que tu marido fuera el fundador de CR Corporation».
Un dolor agudo tiró del cuero cabelludo de Linsey y sus mejillas se sonrojaron por la incomodidad.
Sin palabras, ya no podía negar las pruebas que se acumulaban ante ella.
Todos los detalles apuntaban a una verdad demasiado enorme para ignorarla: Collin era el escurridizo fundador de CR Corporation.
Aun así, a Linsey le costaba aceptar que el hombre al que había amado tan profundamente pudiera haberle ocultado semejante secreto.
Al ver la expresión de Linsey, la sonrisa de Carol no hizo más que aumentar.
«¿Alguna vez te has preguntado por qué tu marido te ocultaría su verdadera identidad?»
Luchando por respirar, Linsey forzó una pregunta ronca: «Carol, ¿qué es lo que realmente quieres? ¿Has pasado por todo esto sólo para mostrarme esta verdad?».
La expresión de Carol se ensombreció.
Para su sorpresa, la cara de Linsey no mostraba la angustia ni la devastación que ella esperaba.
Carol no había planeado precipitarse hoy, pero acababa de enterarse de que el fundador de CR Corporation tenía intención de pedirle matrimonio a su mujer en la gala anual de la empresa de esta noche y hacer pública su relación.
Aquel pensamiento amargó aún más a Carol, cuyos ojos ardían de resentimiento.
Estaba decidida a no dejar que Linsey saliera ilesa.
Una sonrisa retorcida se curvó en los labios de Carol.
«Me acabas de dar una idea. Créeme, no te arrastré hasta aquí para una charla amistosa».
Sin previo aviso, cogió a Linsey.
Linsey se tensó, esperando una bofetada, pero en su lugar, un dolor repentino y agudo le atravesó los dedos: Carol se los estaba pellizcando cruelmente.
Linsey jadeó, con el dolor brillando en sus ojos, pero se negó a apartar la mirada.
«¿Aún te atreves a mirarme fijamente?» se burló Carol, con la voz llena de amargura.
Agarró la muñeca de Linsey y tiró de ella hacia atrás.
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