Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 611
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Capítulo 611:
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La mano de Linsey se detuvo a medio movimiento. Instintivamente, miró a Cruz. ¿También podría ser alérgico a la fruta?
Un pensamiento afloró en su mente: era alérgica al mango desde niña. ¿Sería una coincidencia?
Estaba a punto de preguntar algo cuando unos golpes en la puerta la interrumpieron.
«Adelante», dijo Jeffery.
El médico entró con un informe en la mano.
«Doctor, ¿están listos los resultados de las pruebas? ¿Cómo está mi hijo?» La voz de Myla temblaba de preocupación mientras todos los ojos se volvían hacia el médico.
El médico vaciló brevemente antes de encontrarse con la mirada de Jeffery. «Los resultados muestran que el paciente tiene un trastorno sanguíneo agudo».
Myla palideció y se tambaleó un poco. Linsey extendió rápidamente la mano para sostenerla. «Cuidado, Myla», le dijo en voz baja.
Cruz, normalmente sereno, parecía agitado. Sus ojos parpadeaban entre Jeffery y el médico, con evidente preocupación.
«¿Estás seguro?» preguntó Cruz, con la voz más baja de lo habitual.
Jeffery miró fijamente al médico, mientras su mente se esforzaba por procesar la noticia. Antes de que pudiera decir algo más, le sobrevino una violenta tos.
«¡Jeffery!» Myla corrió a su lado, acariciándole la espalda mientras los ojos se le llenaban de lágrimas. Se esforzaba por mantenerse fuerte, pero sus manos temblorosas la delataban.
Linsey respiró con calma, recuperando primero la compostura. «Doctor, dado que se ha detectado pronto, ¿tiene posibilidades de recuperarse?».
Sus palabras sacaron a Myla y Cruz de su aturdimiento.
«Sí, doctor, mi hijo siempre ha estado sano. ¿Qué gravedad tiene este diagnóstico? ¿Es tratable?» dijo Myla con urgencia.
La voz de Cruz era firme con urgencia. «¡Doctor, haga lo que sea necesario para salvar a mi hijo, cueste lo que cueste!».
El médico le miró con expresión seria. «La enfermedad de Jeffery es bastante rara. Aunque la hemos detectado pronto, la enfermedad avanza más rápido de lo esperado. La prioridad más inmediata es encontrar un donante de médula ósea compatible».
Hizo una pausa y preguntó: «Tiene una hermana menor, ¿verdad?».
Myla asintió rápidamente. «Sí, nuestra hija».
«En ese caso, debe someterse a las pruebas lo antes posible. Si es compatible, podemos seguir adelante sin demora. De lo contrario, encontrar otro donante llevará tiempo».
Al caer la tarde, Myla se volvió hacia Linsey con calor en los ojos. La instó a volver a casa.
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