Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 606
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Capítulo 606:
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Linsey, sorprendida por la disculpa, no esperaba que Myla mencionara a Carol en aquel momento. Sin palabras, Linsey sintió una punzada de envidia por Carol, bendecida con una madre tan compasiva.
Antes de conocer a los Lawson, Linsey creía que eran gente desagradable, lo que pensaba que podía explicar la difícil personalidad de Carol. Sin embargo, después de pasar algún tiempo con ellos, la opinión de Linsey cambió por completo. Por un momento llegó a preguntarse si Carol no sería hija biológica de ellos. Estos pensamientos fueron breves y definitivamente no eran algo que Linsey diría en voz alta.
Se sentaron juntos en un banco fuera del quirófano, esperando en silencio durante lo que les pareció una eternidad. El tiempo parecía haberse detenido hasta que se abrieron las puertas del quirófano.
Un médico salió y echó un vistazo a la habitación. «¿Está aquí la familia del paciente?»
«¡Sí, aquí mismo!» Myla se levantó rápidamente, con Linsey y Cruz a su lado. «Doctor, ¿cuál es la situación de mi hijo?»
Con expresión seria, el médico compartió sus conclusiones. «Según nuestras evaluaciones iniciales, parece que su hijo ha sufrido daños en órganos internos. La lesión en la parte baja de su espalda parece haber sido causada por alguna fuerza externa».
Myla, conmocionada, se esforzaba por comprender la noticia. «¿Daños internos… en los órganos?»
En cuanto Myla terminó de hablar, sus rodillas cedieron.
«¡Myla!»
Juntos, Linsey y Cruz atraparon a Myla, deteniendo su caída.
«¿Cómo puede ser?» La voz de Myla temblaba al hablar. «Sólo chocó contra un armario. ¿Cómo pueden ser tan graves sus heridas?»
El médico hizo una breve pausa antes de formular una pregunta. «¿Hay antecedentes conocidos de trastornos sanguíneos en su familia?».
La pregunta dejó atónitos tanto a Myla como a Cruz.
«¿Qué sugiere, doctor?». El pánico tensó la voz de Myla. Clavó la mirada en el médico y sus ojos se llenaron rápidamente de lágrimas. «¿Me está diciendo que mi hijo podría tener ese trastorno sanguíneo del que habla?».
Al final de su pregunta, la voz de Myla se quebraba de emoción.
Cruz mantuvo una expresión seria, deteniéndose un momento antes de responder: «No hay antecedentes de trastornos sanguíneos en nuestra familia. Su salud siempre ha estado clara en sus informes médicos anuales».
Al agradecer su respuesta, el médico asintió. «Ya veo. Por favor, mantengan la calma. Debemos hacer más pruebas para descubrir las razones de la leve hemorragia interna y la inusual hemorragia externa.»
Myla asintió con la cabeza. «De acuerdo, gracias, doctor».
Cruz también expresó su gratitud. «Gracias, doctor».
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