Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 603
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Capítulo 603:
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Sorprendida, Myla tomó instintivamente la mano de Linsey entre las suyas, susurrando palabras tranquilizadoras. «No te preocupes, Linsey, todo saldrá bien». Linsey parecía desconectada de la disputa en curso. Miró su mano en la de Myla, sintiendo una inexplicable reticencia a soltarla.
Qué sensación tan extraña. ¿Por qué se sentía así?
En ese momento, Carol, siempre perceptiva y nerviosa, oyó las palabras de Myla a Linsey. Incapaz de contenerse, se abalanzó hacia ella con la intención de arrancar la mano de Linsey de la de Myla. «¡Linsey! Suelta la mano de mi madre».
Carol estaba a punto de esquivar a su padre para alcanzar a Linsey y Myla, pero en el instante siguiente, la mano de Cruz bajó con fuerza, propinando una fuerte bofetada a Carol.
El sonido resonó con fuerza.
De repente, todo se quedó completamente quieto.
Carol se tambaleó hacia atrás, luchando por recuperar el equilibrio. Respiraba entrecortadamente; nunca había imaginado que su padre la golpearía.
Myla también se quedó atónita y jadeó, agarrándose al brazo de Cruz, con voz apremiante. «¿Cómo pudiste golpearla?»
Intentó acercarse a Carol, pero Cruz la retuvo con firmeza. «No te acerques a ella. No está bien de la cabeza. Deja que Jeffery se encargue y llévala a casa».
La posibilidad de que Carol hiriera a Myla inquietó a Cruz.
Desde su posición ventajosa, Linsey observó el desarrollo del drama y enarcó una ceja, sorprendida. Parecía que Cruz sentía un profundo afecto por su esposa. A sus ojos, Jeffery y Carol parecían importarle menos, casi como si le fuera indiferente su bienestar. Esta indiferencia se hizo patente cuando abofeteó duramente a Carol y la regañó en lugar de consolarla.
Myla, sin embargo, estaba realmente preocupada por sus hijos. Sin embargo, su preocupación no era suficiente para borrar el daño que Cruz había causado a Carol.
respondió Carol con una risita burlona.
Jeffery, abrumado por la escalada de la situación, cerró los ojos. Inspiró profundamente y se acercó de nuevo a Carol, con voz suave. «Carol, vamos a casa. Allí podremos resolverlo todo, ¿de acuerdo?». Carol tenía la mirada perdida y no dijo nada.
Jeffery hizo una pausa y tanteó el brazo de Carol. Con sorprendente fuerza, Carol apartó a Jeffery.
El sonido del impacto fue fuerte. Jeffery fue empujado contra el borde de un armario cercano. El dolor le recorrió la parte baja de la espalda, haciéndole gritar mientras su tez palidecía.
«¡Jeffery!» gritó Myla, apresurándose a sostener a su hijo y ayudándole a ponerse en pie.
Carol lanzó una mirada escalofriante a Linsey. «Espera, Linsey. No te saldrás con la tuya», dijo, y se marchó enfadada, sin hacer caso a su hermano.
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