Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 573
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 573:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Con suavidad, Collin se inclinó y besó la frente recién limpia de Linsey.
Cuando llegó la mañana, Linsey se despertó desorientada. Se quedó mirando al techo unos instantes, recuperando lentamente la conciencia, y luego se incorporó bruscamente. Desconcertada y ligeramente irritada, se preguntó en voz alta: «¿Cómo conseguí dormirme tan de repente anoche?».
Al mirar hacia abajo, se dio cuenta de que su camisón estaba nuevo: Collin debía de haberse cambiado de ropa mientras ella dormía. Los pensamientos de Linsey estaban confusos hasta que una súbita idea la despertó por completo: se había quedado dormida sin desmaquillarse. La idea de que el maquillaje permaneciera toda la noche la horrorizaba; sin duda, podía provocar que la piel se pusiera sensible y enrojecida.
Presa del pánico, Linsey saltó de la cama y se apresuró a entrar en el cuarto de baño. «¿Dónde está el desmaquillante?», murmuró ansiosa. Luego, al levantar la vista, vio su reflejo en el espejo.
Para su asombro, su rostro se veía limpio y radiante, con un brillo rosado natural y sin maquillaje a la vista.
«¿Eh?» exclamó Linsey, inclinándose para mirarse más de cerca en el espejo. Su piel estaba impecable. ¿Se había desmaquillado mientras dormía?
Confundida, Linsey salió del cuarto de baño y vio almohadillas de algodón y toallitas faciales usadas en la papelera. Fue entonces cuando todo cobró sentido: había sido Collin quien se encargó de desmaquillarla.
Miró hacia la cama vacía, preguntándose dónde podría estar Collin. Las sábanas estaban frías, lo que indicaba que llevaba tiempo levantado. ¿No se suponía que hoy era su día libre? Tal vez había viajado de nuevo a la ciudad cercana por trabajo.
Decidida a averiguarlo, Linsey salió al pasillo y casi de inmediato se topó con un criado que subía las escaleras.
«Buenos días, señora Riley. ¿Está lista para desayunar?», saludó alegremente la sirvienta. Y añadió: «El señor Riley ha tenido que salir temprano por un asunto urgente. Mencionó que volvería esta tarde y esperaba que hoy se lo tomara con calma en casa».
Linsey asintió. «Gracias, eso aclara las cosas». Su estómago rugió, incitándola a añadir: «Creo que primero me refrescaré y luego bajaré a desayunar».
«Por supuesto, señora Riley», respondió el criado.
Linsey sintió la necesidad de estirarse, bostezó y se dirigió a su habitación para ponerse ropa más cómoda. El desayuno se había convertido en una prioridad ahora que estaba embarazada. Había planeado compartir la noticia de su embarazo con Collin la noche anterior, pero había caído en un sueño tan profundo que nunca tuvo la oportunidad. Como Collin estaba ocupado hoy, Linsey decidió esperar a que volviera esta noche antes de revelarle su futura alegría.
Sus heridas aún estaban cicatrizando y, como no tenía previsto salir durante el fin de semana, deseaba pasar un tranquilo día de descanso en casa.
Dentro del despacho del presidente de CR Corporation, Dustin se inclinó hacia delante y susurró: «Mira eso. Jeffery lleva acampado en el vestíbulo desde esta mañana, esperando. Es sorprendente ver al prominente heredero Lawson reducido a mendigar favores».
.
.
.