Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 558
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Capítulo 558:
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La sangre de la herida de Linsey ya se había secado, lo que dificultaba la atención médica posterior.
Con una débil sonrisa, Linsey respondió: «De verdad, no pasa nada».
Luego se volvió hacia Millie, con los ojos llenos de sincero agradecimiento, y dijo: «Millie, no puedo agradecerte lo suficiente por esta noche. Sin ti, no habría limpiado mi nombre ni me habría mantenido firme».
Millie se rió y respondió: «¡Oh, no fue nada! Me pareció que era la venganza por lo que Carol me hizo. Pensé que te habías rendido. Cuando me contaste tu plan, ¡no dudé ni un segundo en apoyarte!».
Al observar al personal del hotel limpiando la zona, Linsey parecía insegura y murmuró: «Me pregunto si la familia Lawson culpará al hotel por lo ocurrido esta noche. Si lo hacen, yo me encargaré de cualquier reclamación de indemnización».
Antes de que Linsey pudiera decir nada más, Millie se llevó un dedo a los labios y dijo en voz baja: «No te preocupes, mi familia tiene intereses en este hotel. No pueden presionarnos».
Esa ventaja había sido crucial para el éxito de su colaboración anterior.
Linsey se dio cuenta de todo.
Eso explicaba por qué el personal del hotel había sido tan complaciente con las órdenes de Millie.
Esa era la razón.
Por encima de todo, Linsey se sintió profundamente agradecida por el apoyo de Millie ese día.
—No seas tan formal. Me caes bien. Invítame a cenar alguna vez para darme las gracias —dijo Millie, sonriendo mientras le daba una palmada en el hombro a Linsey.
Linsey asintió sin dudarlo. —Por supuesto.
«Vamos, tenemos que llevarte al médico», dijo Millie, guiando suavemente a Linsey hacia delante, consciente de su delicado esguince en el tobillo. «No podemos esperar, o tardará mucho en curarse».
En ese momento, el agudo sonido del teléfono de Linsey rompió el silencio.
Se detuvo para contestar, sorprendida al ver el nombre de Dustin en la pantalla.
Con una ceja arqueada, contestó la llamada.
—¡Linsey! —gritó Dustin, con voz entrecortada por el pánico y al borde de las lágrimas—. Siento no haberte contestado antes. No vi tus mensajes porque estaba muy ocupado. ¿Estás bien? He sido un idiota, y todo por culpa de Collin…
Linsey apenas había procesado su disculpa cuando otra voz la interrumpió.
—¿Dónde estás, Linsey? —La voz de Collin sonó áspera, llena de preocupación y un remordimiento inconfundible.
Tomada por sorpresa, Linsey respondió: —¿No se supone que estás de viaje de negocios en la ciudad de al lado?
Al otro lado, la respuesta de Collin se ahogó en la emoción. —Cariño, lo siento. Ha habido problemas con los Lawson esta noche y no he podido estar allí para apoyarte.
Continuó con ansiedad: «¿Sigues en el local? ¿Cómo está tu tobillo? ¿Te ha molestado alguien de la familia Lawson?».
Mientras Linsey asimilaba las preguntas preocupadas de Collin, una repentina oleada de tristeza la invadió, provocándole un cosquilleo en la nariz.
Inclinó la cabeza y dejó escapar un suave sollozo, incapaz de contener sus emociones.
¿Por qué el sonido de la voz de Collin de repente la hacía sentir tan emotiva?
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