Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 532
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Capítulo 532:
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Linsey observó a Alexa en silencio, con la mente a mil por hora.
Bajo la mirada escrutadora de Linsey, la confianza que Alexa había mostrado antes vaciló ligeramente.
Este complot era idea de Alexa, ideado sin el conocimiento de Jeffery. Linsey sabía que tenía que actuar rápido.
Aprovechando los rumores que circulaban en la fiesta, Alexa pretendía culpar directamente a Linsey del robo.
Su plan era claro: al final de la noche, la reputación de Linsey estaría por los suelos.
—¿Por qué me miras así? ¿Has tenido el descaro de robar el regalo de la señorita Lawson y ahora no tienes el valor de confesarlo? —Alexa, experta en el engaño, acusó sin esfuerzo a Linsey de robo.
Alexa lanzó su acusación y se volvió rápidamente hacia la multitud reunida, irradiando seguridad y aplomo.
«Damas y caballeros, consideren la posición de la familia Lawson en la ciudad: nuestra amplia cartera de negocios habla por sí sola. ¿Qué beneficio podrían obtener difamando a una invitada? Hemos revisado las imágenes de seguridad del evento y hemos observado claramente a esta persona apropiándose del regalo de la señorita Lawson. Si lo devuelve voluntariamente, podríamos considerar resolver este asunto de forma discreta».
Su declaración provocó reacciones inmediatas entre los asistentes.
«En efecto, ¿por qué iba a necesitar la familia Lawson inventarse semejantes acusaciones?».
Las voces de la multitud se volvieron entonces hacia Linsey. «¿Puede aclarar sus acciones? ¿Por qué ha permanecido en silencio hasta ahora? ¿Es realmente culpable del robo del que se le acusa?».
«¡Hable si es inocente!».
Algunos murmuraban con desdén: «Nunca había visto a alguien acusado permanecer tan callado».
«¿Ha perdido la capacidad de hablar?».
En medio de los susurros y las miradas, Linsey mantuvo la compostura. Entonces, inesperadamente, se rió entre dientes, un sonido bajo y enigmático que desvió la atención de la sala hacia ella.
A pesar de su suave risa, atrajo todas las miradas, eclipsando momentáneamente a la supuesta homenajeada del evento, Carol.
Alexa, visiblemente molesta por la reacción de Linsey, preguntó: «¿Qué te hace tanta gracia?». Su expresión denotaba una clara frustración.
Alexa se sentía segura al acusar a Linsey en público, convencida de que esta no sería capaz de defenderse eficazmente. Bajo tanta presión, Linsey solo conseguiría humillarse aún más. En ese momento, la verdad sobre el robo era irrelevante.
Linsey miró fríamente a Alexa. «Me divierte la pura audacia de esta farsa. ¿De verdad crees que puedes engañarme con un truco tan torpe?».
Alexa sintió un escalofrío de miedo y el pánico se reflejó en sus ojos, pero se recuperó rápidamente y alzó la voz. «¿Audacia? ¿Cómo? He dicho claramente que hemos revisado las imágenes y que se ve cómo coges el regalo…».
Linsey la interrumpió levantando la mano. —Entonces muéstrenlo.
Con un bufido desdeñoso, Alexa respondió: —Síganos y verá usted misma las imágenes de su indiscreción.
Linsey arqueó una ceja en respuesta. —Qué extraño, ¿no? ¿Por qué no lo muestra aquí para que todos lo vean?
Alexa tenía preparada su réplica: —Los invitados presentes son distinguidos. No podemos hacerles perder el tiempo con un asunto tan trivial como usted.
Su mirada se endureció mientras continuaba: —Deje de causar disturbios. Venga con nosotros.
Hizo una señal a los guardias con la mano, indicándoles que detuvieran a Linsey.
La sonrisa de Linsey se volvió fría. Estaba claro que estaban decididos a obligarla a admitir un delito que no había cometido.
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