Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 485
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Capítulo 485:
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Alexa, atrapada en su intento fallido, entró en pánico y trató de zafarse. —¿Qué estás insinuando? Estoy confundida. ¡Déjame ir! Si no me sueltas inmediatamente, llamaré a la policía.
Linsey se rió fríamente. —Adelante. Hablaremos de todo: la razón por la que me trajiste aquí, tu intento de empujarme por las escaleras. Dime, ¿cuál es tu verdadero motivo?
El pánico se reflejó en los ojos de Alexa. «¡Me estás malinterpretando! Solo quería asegurarme de que estabas detrás de mí, nada más. ¡No tergiverses mis acciones!», protestó Alexa, con la voz llena de frustración. «¡Esto es injusto! Solo intentaba ayudarte a encontrar el camino y ahora me acusas. ¡Solo soy una limpiadora!».
Sin inmutarse, Linsey la agarró con más fuerza y respondió con calma: —Que sea un malentendido o no, no depende de ti. Iremos a seguridad. Las cámaras de este pasillo revelarán la verdad. A ver cómo te defiendes entonces.
Decidida a descubrir la verdad, Linsey estaba segura de que se trataba de algo más que una simple sospecha. Las acciones de la limpiadora eran deliberadamente dañinas, tenía que haber un motivo más profundo.
Sin decir nada más, Linsey agarró con fuerza el brazo de Alexa y comenzó a tirar de ella hacia las escaleras.
Alexa abrió los ojos con pánico y luchó desesperadamente por liberarse. Su resistencia fue inútil; debilitada por su prolongada enfermedad, no pudo escapar del fuerte agarre de Linsey.
Linsey reunió una fuerza inesperada y tiró con fuerza de Alexa hacia la primera planta.
«¡Suéltame!», gritó Alexa desesperada.
Al acercarse a la oficina de seguridad del hotel, el pánico de Alexa aumentó. En un movimiento repentino y frenético, pisó con fuerza el vestido de Linsey, lo que hizo que esta se tambaleara hacia atrás y perdiera el equilibrio.
—¡Ah! —gritó Linsey, sorprendida.
Aprovechando la oportunidad, Alexa empujó a Linsey a un lado y echó a correr.
—¡Detente! —gritó Linsey, que inmediatamente se lanzó en su persecución.
Sin embargo, en su prisa, Linsey se torció el talón y tropezó bruscamente hacia delante.
Un leve sonido resonó en el pasillo, seguido inmediatamente por un dolor agudo e intenso que le atravesó el tobillo.
Linsey logró recuperarse justo a tiempo, extendiendo rápidamente una mano para apoyarse en la pared antes de caer al suelo. Respiró profundamente, tratando de ignorar el dolor que irradiaba desde su tobillo, y levantó la cabeza.
La señora de la limpieza no estaba por ninguna parte.
Linsey frunció aún más el ceño.
La mujer había hablado de forma extraña y se había comportado de manera aún más sospechosa, y ahora había desaparecido sin dejar rastro.
¿Qué estaba ocultando?
Linsey no podía quitarse de la cabeza la sensación de que el secreto de esa mujer estaba relacionado de alguna manera con su propia vida, aunque aún no podía comprender exactamente cómo.
De lo contrario, ¿por qué una señora de la limpieza a la que acababa de conocer iba a intentar hacerle daño?
Mientras tanto, el banquete de la familia Lawson estaba en pleno apogeo. Cuando el evento comenzó oficialmente, Jeffery subió al escenario.
—Bienvenidos todos al banquete.
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