Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 479
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Capítulo 479:
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Carol hizo un puchero juguetón, aunque en su expresión persistía un destello de insatisfacción. Cuanto más se distanciaba Collin, más quería romper sus barreras. Todos los hombres habían caído rendidos ante sus encantos, ¿por qué iba a ser él diferente? Su confianza no hizo más que reforzar su determinación.
De repente, se le ocurrió una idea y, antes de poder pensarlo dos veces, actuó. Extendió la mano y la posó delicadamente sobre el hombro de Collin. «Ya que es la primera vez que nos vemos, ¿no deberíamos sellarlo con un beso amistoso en la mejilla?».
Antes de que Collin o Jeffery pudieran reaccionar, se puso de puntillas y se inclinó hacia su rostro. Pero justo cuando sus labios estaban a punto de rozar su mejilla, una fuerza firme la empujó hacia atrás. Lo siguiente que supo es que la habían empujado de vuelta al lugar donde estaba. Collin la sujetaba con fuerza por el brazo.
La sorpresa se reflejó en sus ojos, que rápidamente se tornaron en ira. Levantó la cabeza para protestar, pero se quedó paralizada. La mirada fría y penetrante de Collin se clavó en ella, tan aguda que parecía capaz de atravesar el acero. Su corazón dio un vuelco. Un extraño miedo le recorrió la espalda, haciendo que instintivamente diera un paso atrás. Apenas notó el dolor sordo donde él la había agarrado, demasiado conmocionada por la intensidad de su mirada.
Tenía una expresión aterradora en los ojos.
Jeffery, sorprendido por el repentino cambio de atmósfera, se adelantó instintivamente, interponiéndose entre ellos como un escudo para proteger a su hermana.
No se trataba de nada más, solo de la intensidad de la expresión de Collin. Por un momento, sintió que podría apartar a Carol sin piedad y sin pensarlo dos veces.
Las pupilas de Jeffery se dilataron por la conmoción. Obligándose a mantener la compostura, esbozó una leve sonrisa. —Señor Riley, por favor, perdone la grosería de Carol.
Mordiéndose el labio, Carol no pudo evitar protestar: —Aunque sea el fundador de CR Corporation, ¿no es esto un poco excesivo? ¡Un verdadero caballero no trataría así a una mujer! Solo quería hablar con usted normalmente. ¡Suélteme!
Luchó por liberarse, pero fue inútil. Collin la seguía sujetando con firmeza, con una expresión indescifrable. Sin embargo, su voz tenía un tono sutilmente amenazador. —Ya estoy casado, señorita Lawson. Le sugiero que se comporte.
De repente, Carol se sintió abrumada por una oleada de humillación. Le ardía el rostro y le picaban los ojos por el resentimiento. Se volvió hacia Jeffery, agarrándole la manga como una niña herida. —Jeffery…
Al ver a su hermana así, Jeffery sintió que se le ablandaba el corazón. Con un suspiro, volvió a hablar, en un tono más suave. —Señor Riley, le pido sinceras disculpas. Carol no sabía que estaba casado. Me aseguraré de hablar con ella sobre esto. —Mientras hablaba, lanzó una mirada suplicante a Collin.
La mirada aguda de Collin titubeó. De repente, recordó algo: se rumoreaba que Carol tenía un problema cardíaco. La asociación entre CR Corporation y Lawson Group era demasiado importante como para ponerla en peligro por una situación como esta.
Con eso en mente, a regañadientes, aflojó el agarre y asintió con la cabeza. «Está bien».
En cuanto la soltó, Carol resopló frustrada, dio una patada en el suelo y se marchó sin mirar atrás.
—¡Carol! —la llamó Jeffery, pero ella no se detuvo.
Mientras la veía desaparecer por el pasillo, suspiró impotente antes de volverse hacia Collin. Para entonces, la expresión gélida de Collin se había suavizado.
—Carol siempre ha sido testaruda, pero mis padres y yo nunca hemos sido demasiado duros con ella. Ha tenido mala salud desde pequeña —dijo Jeffery, con una pizca de tristeza en los ojos. El estado de Carol había sido una fuente constante de preocupación para la familia Lawson. A lo largo de los años, Jeffery había hecho todo lo posible por encontrar una cura, con la esperanza de que algún día pudiera vivir sin restricciones.
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