Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 470
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Capítulo 470:
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Collin, aún admirando el traje, volvió la mirada hacia Linsey, con los ojos llenos de profundo agradecimiento. «Es realmente impresionante. Josh no se equivocaba: es el mejor traje de noche para hombre que he visto en mi vida». Las palabras de Collin eran sinceras, cada una elegida con cuidado.
Linsey no pudo evitar sentir una profunda satisfacción por sus elogios. Sonrió ampliamente, y el cansancio de días de diseño se desvaneció. «Gracias por tus amables palabras», respondió Linsey, aún sonriendo. «Pruébatelo. Si no te queda perfecto, siempre puedo hacerle ajustes».
Collin asintió y se llevó el traje para cambiarse.
Unos momentos más tarde, la puerta de la habitación de invitados se abrió y Collin salió con el traje puesto. La atención de todos se centró inmediatamente en él y se quedaron sin habla, completamente impresionados.
Collin se mantenía erguido y delgado, con los hombros anchos y la espalda fuerte realzados por la impecable confección del traje de noche. El atuendo lo hacía parecer aún más llamativo y autoritario.
Linsey se quedó paralizada, momentáneamente desconcertada, con el corazón latiendo aceleradamente contra su voluntad.
En un abrir y cerrar de ojos, Collin dio un paso adelante, moviendo sus largas piernas con una gracia natural, como si estuviera caminando con la brisa. Cada paso irradiaba una confianza tranquila e inquebrantable. La suave luz del salón lo bañaba, proyectando un sutil brillo sobre la tela del traje.
En ese momento, Linsey vio a Collin con otros ojos: desprendía un aire de elegancia y nobleza que parecía innato. Aunque no se había esforzado por arreglarse para salir esa noche, sus rasgos afilados y cincelados irradiaban un refinamiento natural que no pasaba desapercibido.
El corazón de Linsey latía con fuerza. Estaba cautivada por la imagen que tenía ante sí. No fue hasta que Collin, con una leve sonrisa en los labios, se detuvo frente a ella, que se dio cuenta de que lo estaba mirando fijamente. Sin embargo, seguía sin poder apartar la mirada.
Al ver la admiración en sus ojos, Collin esbozó una sonrisa. —¿Y bien? ¿Qué te parece? —preguntó, con la mirada fija en ella.
En ese momento, no quería perderse ni una sola expresión suya. Linsey salió de su ensimismamiento, pero aún le costaba apartar la mirada de él. Asintió con entusiasmo, rebosante de emoción. —¡Estás increíble! ¡Qué guapo! ¡Increíblemente guapo! Como un príncipe salido de un cuento de hadas, absolutamente fascinante.
Collin se rió suavemente, y su expresión se volvió más juguetona mientras se inclinaba ligeramente hacia ella. —Parece que ya has caído bajo mi hechizo.
Su voz profunda y magnética le provocó un cálido cosquilleo en los oídos. Sus mejillas se sonrojaron, en una mezcla de timidez y vergüenza que se arremolinaba en su interior, pero no podía apartar la mirada.
—Mmm, ya me has conquistado —murmuró ella, con un hilo de voz apenas audible.
El rostro de Collin se iluminó con una sonrisa, y arqueó las cejas con alegría juguetona—. Es un honor.
El aire entre ellos se volvió denso, cargado de una tensión tácita, y la atmósfera se transformó en algo más íntimo.
Al percibir la creciente tensión, el mayordomo y el personal hicieron discretamente notar su presencia para romper el momento.
—Por cierto, ¿está lista la cena en la cocina? El señor y la señora Riley deben de estar hambrientos.
—¡Oh, casi se me olvida! Las plantas del jardín trasero aún necesitan cuidados. Sobresaltada, Linsey dio un paso atrás instintivamente, pero antes de que pudiera perder el equilibrio, el brazo de Collin se extendió y la rodeó por la cintura, sujetándola con firmeza.
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