Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 444
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Capítulo 444:
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Linsey observó a Flavia con expresión indiferente y dijo con firmeza: «Llevadla ahora mismo al asistente de Gorman».
Después de haber sido blanco repetido de Flavia, Linsey no sentía ninguna inclinación a mostrar clemencia. El incidente de esa mañana era algo que Linsey podía ignorar fácilmente, ya que no significaba nada para ella. Sin embargo, los acontecimientos de la tarde eran graves: Flavia casi había causado la muerte de alguien.
Aunque Linsey no le tenía mucho cariño a Gorman, nunca le había deseado ningún mal.
—Entendido, señora Riley —respondió el asistente, apartando a Flavia con fuerza. Una vez confirmada la culpa de Flavia, Linsey se permitió un momento de alivio. Sin embargo, a pesar de ello, su corazón seguía apesadido.
Aunque era inocente, Linsey había aplicado sin saberlo una sustancia venenosa a la herida de Gorman, un hecho que le costaba aceptar.
—Me pregunto cómo estará Gorman ahora —preguntó Linsey, con un tono de culpa.
—Su herida ya era grave, y el veneno solo la empeoró… —respondió Collin, notando la preocupación en los ojos de Linsey. preguntó Linsey, con voz teñida de culpa. «Su herida ya era grave, y el veneno solo la empeoró…».
Collin notó la preocupación en los ojos de Linsey y, por un momento, sintió una punzada de celos. Pero rápidamente se sacudió ese sentimiento. Conocía bien la naturaleza compasiva de Linsey y, después de todo lo que había pasado, era natural que estuviera preocupada, independientemente de quién estuviera involucrado. Ella se preocupaba profundamente por los demás.
Con ese pensamiento en mente, Collin le puso una mano en la cabeza en un gesto reconfortante, con voz suave y tranquilizadora. —No te preocupes. Me aseguraré de que alguien vigile de cerca a Gorman. Nos informarán en cuanto haya novedades. Y haré que alguien analice el veneno inmediatamente, para que podamos encontrar un antídoto y ayudar a Gorman a recuperarse.
Linsey asintió levemente, aunque su expresión seguía teñida de preocupación. —De acuerdo.
Por ahora, poco más podían hacer, pero Collin estaba decidido a dar todos los pasos necesarios para resolver esto.
A la mañana siguiente, Collin acudió a Linsey con noticias tranquilizadoras.
—El equipo que envié a investigar acaba de informar. Gorman ha pasado la noche y ya no corre peligro inmediato. Sin embargo, las toxinas de su organismo no pueden eliminarse de inmediato, necesitará tiempo para recuperarse.
Linsey exhaló aliviada y relajó los hombros. —Qué alivio —murmuró.
Ya le había causado dolor a Gorman una vez por accidente y no quería cometer el mismo error otra vez.
Tras una breve pausa, Linsey ordenó sus pensamientos y preguntó: —¿En qué hospital está Gorman ahora?
Se mordió ligeramente el labio, decidiendo que era mejor ser sincera con Collin. —Sigo queriendo ir a verlo en persona —dijo Linsey en voz baja, con determinación en su voz.
Collin la miró un momento y luego soltó un suave suspiro. Tras una pausa, decidió ser sincero con ella.
—Lo han trasladado a un hospital privado propiedad de su familia —respondió. A continuación, añadió—: Si quieres ir a verlo, te acompañaré.
Linsey miró el brazo de Collin, todavía envuelto en vendajes, y negó con la cabeza. —Deberías quedarte y descansar. Iré yo sola. Me siento en parte responsable de lo que pasó. Quiero pedirle perdón directamente. Si hubiera sido más cautelosa, quizá me habría dado cuenta antes de que la medicina estaba envenenada.
Collin le acarició suavemente la cara, con un gesto tierno y una voz tranquilizadora. «Linsey, no es culpa tuya. No te culpes tanto».
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