Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 407
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Capítulo 407:
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En ese momento, Fernanda se quedó sin palabras, incapaz de comprender el frío terror que irradiaba Gorman.
Era una pesadilla viviente, un monstruo nacido de sus miedos más profundos.
Fernanda se tambaleó al borde del colapso, con el cuerpo temblando incontrolablemente, desesperada por escapar de la agonía. Con voz ronca y tensa, gritó: «¡Gorman! ¡Eres un monstruo! Con la personalidad de Linsey, ¡nunca se sentiría atraída por un hombre como tú!».
En el momento en que las palabras salieron de sus labios, la máscara de calma de Gorman se hizo añicos.
Su expresión se oscureció, su mirada se volvió fría e impasible, como si Fernanda no fuera más que una mota de polvo ante él.
¿Linsey nunca se enamoraría de él?
No podía, no quería aceptar eso.
—Continúa —ordenó Gorman con voz gélida. Su intención era clara: quería acabar con su sufrimiento allí mismo.
Pero justo cuando un guardaespaldas se disponía a cumplir sus órdenes, un grito frenético rompió el tenso silencio.
—¡Algo va mal! ¡Jefe! ¡Hay un intruso!
Mientras Gorman se preparaba para actuar, lanzó una mirada feroz al subordinado que había irrumpido para darle la noticia.
—¡Vete ya! ¿No ves que estoy ocupado? ¡Asegúrate de que todos esperen fuera, sin excepciones!
El subordinado se quedó allí, con el rostro marcado por el miedo.
—Señor, es que la persona que está en la puerta es…
No pudo terminar, ya que un grupo de hombres vestidos con trajes negros irrumpió en la habitación y rodeó el lugar.
En lugar de reaccionar con ira, Gorman se echó a reír.
—¿Quién está causando problemas ahora? ¿Quién se cree que puede entrar así en mi casa? Deben de estar deseando morir.
En ese momento, una figura alta se abrió paso entre la multitud de hombres de negro.
Collin entró, tranquilo y serio.
—Soy yo, Collin.
En cuanto apareció Collin, toda su presencia desprendía un aura penetrante que hacía que la gente se sintiera intimidada instintivamente.
El corazón de Gorman dio un vuelco y sintió un ligero temor.
¿Era este Collin, el marido de Linsey?
Se dio cuenta de todo y una mirada asesina se dibujó en el rostro de Gorman.
Sin Collin, Gorman estaba seguro de que él sería el siguiente junto a Linsey.
Gorman sonrió con aire burlón.
—Collin, tienes mucho valor al aparecer aquí.
Un bufido de disgusto escapó de su pecho.
Collin, sin perder el ritmo, miró fijamente a Gorman, que intentaba parecer relajado en su sofá.
—Has estado detrás de mi esposa, Linsey, más de una vez. Soy su marido y no voy a quedarme de brazos cruzados. Hoy vamos a aclarar esto.
Gorman se rió con desdén y miró a Collin de arriba abajo.
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