Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1430
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1430:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Tragó saliva con dificultad y se le quebró la voz. «Además… después de todo lo que ha pasado, Linsey ya debe odiarme. No querría tener nada que ver conmigo, y mucho menos creer una palabra de lo que digo».
Gorman sopesó sus palabras y decidió que tenían sentido. La dureza de su rostro se suavizó un poco.
Había investigado a Yana mucho antes de acercarse a ella. Conocía sus circunstancias: recién divorciada y criando a un niño de apenas tres años. Razonó que, aunque ella no valorara su propia vida, nunca jugaría con la de su hijo.
Por fin, la expresión de Gorman se suavizó.
—Mientras mantengas la boca cerrada y no le digas ni una palabra a Linsey, no te tocaré —dijo Gorman, con voz baja y deliberada. Hizo una pausa y añadió—: No te preocupes. Yo mismo me encargaré de limpiarlo todo.
—Gracias, señor Green, gracias —balbuceó Yana, con el rostro pálido.
Gorman rechazó su agradecimiento. —Vete. Y no vuelvas a aparecer por aquí.
—Sí. —Yana salió corriendo de la oficina, con pasos torpes en su frenética huida.
Gorman la vio desaparecer, con expresión impasible hasta que se hubo ido. Entonces, con un movimiento lento, reveló el objeto que había ocultado a sus espaldas.
No era un cuchillo, solo un elegante mando a distancia personalizado para el aire acondicionado.
Recordando el rostro aterrorizado de Yana, Gorman soltó una risa fría y burlona. «Patético».
A la mañana siguiente, Collin entró en la oficina del director general de CR Corporation, dispuesto a enfrentarse a Yana por los acontecimientos de la noche anterior.
Momentos después de acomodarse, Dustin irrumpió por la puerta, con el rostro sombrío.
«Collin, Yana está muerta», anunció sin preámbulos.
Sigue leyendo en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.𝒸ø𝗺 para ti
Collin había confirmado la hora habitual de llegada de Yana y estaba a punto de llamarla por el intercomunicador cuando las palabras de Dustin le golpearon como una onda expansiva. «¿Muerta?». Collin dejó el auricular y frunció el ceño. «¿Cómo?».
«Accidente de coche», respondió Dustin con tono neutro. «Dicen que anoche chocó contra otro coche en un túnel. Está en todas las noticias».
Cogió el mando a distancia de la mesa y encendió la televisión.
La pantalla se encendió, sintonizada ya con un canal de noticias que retransmitía la noticia.
La mirada de Collin se fijó en la pantalla.
Una reportera, micrófono en mano, detallaba el incidente: una colisión por conducir ebrio.
Yana no sobrevivió, mientras que los heridos fueron el hijo del presidente del Grupo Fenton y su nueva esposa.
Cuando terminó el segmento, Collin permaneció en silencio, con una expresión indescifrable.
Dustin, sin embargo, no pudo contener un clic…
—El karma se cebó rápidamente con Yana. —Miró a Collin—. Entonces, ¿cuál es tu próximo paso?
—Se ha ido. ¿Qué queda por hacer? —Collin le lanzó una mirada, como si la pregunta en sí misma fuera absurda.
Y con eso, el asunto quedó zanjado.
Mientras tanto, Dustin, siempre atento a su equipo, llamó personalmente a Linsey para informarle de la muerte de Yana y le concedió dos días de baja remunerada para que se recuperara en casa.
Ese mismo día, Dolores iba a recibir el alta del hospital. Linsey se dirigió allí para ayudar a hacer las maletas y celebrar la salida de su amiga.
Pero cuando salió del ascensor en la planta de Dolores, un grito desgarrador resonó en el pasillo, crudo y desgarrador.
Linsey se quedó paralizada, con los pies pegados al suelo.
¿Qué estaba pasando? Algo parecía estar muy mal.
Empezó a caminar hacia el lugar de donde provenía el sonido cuando dos enfermeras salieron corriendo de la sala de enfermería, dirigiéndose hacia el alboroto.
Una enfermera murmuró frustrada: «Por Dios, esta chica no se rinde. ¡Es su tercer ataque de hoy!».
«Tranquila», la calmó la otra. «Siempre ha dependido de su aspecto. Ahora que tiene la cara marcada por cicatrices, es normal que le cueste aceptarlo. Calmémosla antes de que empiece a romper cosas otra vez».
.
.
.
Nota de Tac-K: Nuevas novelas en unas horas lindas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. („• ֊ •„)੭
.