Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1370
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1370:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Ella se soltó y replicó: «¡Eres un hombre arrogante, de lengua afilada y distante que se cree irresistible cuando en realidad solo eres… un bicho raro!».
La mirada de Collin se intensificó, irradiando una amenaza gélida mientras advertía: «¿Crees que no puedo ponerte las cosas difíciles?».
Por primera vez en su vida, alguien se había atrevido a enfrentarse a él con tanta audacia, y eso le dolió.
Linsey sintió una punzada de miedo, pero se mantuvo firme y respondió: «Tú me insultaste primero, así que yo respondí de la misma manera».
Desafiante, añadió: «¿Hay algo de lo que he dicho que no sea cierto?».
Collin no respondió, su silencio era pesado mientras la miraba fijamente con una mirada indescifrable. Linsey mantuvo su mirada, negándose a retroceder.
El enfrentamiento se prolongó, la tensión crepitaba entre ellos, ninguno dispuesto a ceder. Entonces, el pensamiento de su mejor amiga pasó por la mente de Linsey, lo que la llevó a romper el impasse.
«Ya he terminado de malgastar palabras contigo. Me voy», dijo.
Para cuando Collin se dio cuenta de su partida, Linsey ya había desaparecido por completo.
Collin no se molestó en discutir más con Linsey. Simplemente pulsó el botón para salir.
Justo cuando se metía en el ascensor, algo le pareció extraño. Miró hacia el lugar donde Linsey había desaparecido.
¿Qué hacía ella en el hospital?
Entonces se dio cuenta: Gorman no estaba con ella. ¿Podría estar al borde de la muerte?
Tras su tensa conversación con Collin, Linsey empezó a buscar el número de la habitación de su amiga.
Tu novela sigue en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂
«¿Por qué no lo encuentro?», murmuró para sí misma.
Entonces, desde atrás, llegó una voz cálida y acogedora. «Señorita».
Linsey se giró instintivamente.
No muy lejos había una anciana con una bata de hospital. Tenía un rostro amable, con un aire de gracia y dignidad, y le hacía señas con la mano.
Linsey dudó, mirando hacia el pasillo vacío. Al no ver a nadie más, se señaló a sí misma. «¿Me está llamando a mí?».
La mujer sonrió y asintió con la cabeza.
Linsey frunció ligeramente el ceño. No conocía a esa mujer. ¿Qué podría querer?
La curiosidad pudo más que ella. Se acercó y le preguntó: «¿Puedo ayudarla en algo?».
Los ojos de la mujer brillaron. «Quiero preguntarle algo».
«Por favor, adelante».
«¿Cuál es su relación con mi nieto?».
Linsey parpadeó, tomada por sorpresa. Esperaba que la mujer le pidiera indicaciones, no algo así. «Disculpe… ¿Es usted la abuela de Gorman?».
Gorman nunca había mencionado tener una abuela en Grester, y mucho menos una en el hospital.
.
.
.