Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1366
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Capítulo 1366:
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«Ni se te ocurra pensar que voy a aceptar tu dinero», replicó ella sin dudarlo. Sabía perfectamente que él era el director del Grupo Green y que tenía más dinero del que podría gastar jamás, pero eso no significaba que ella tuviera derecho a utilizarlo.
Lo que tenían no era más que una actuación. Esa verdad permanecía firmemente en la mente de Linsey.
Con una risa despreocupada, Gorman comentó: «Te debo la vida, ¿recuerdas? Este dinero no significa nada».
«Pero…». Ella seguía sin mostrar ninguna disposición a aceptar su oferta.
Justo cuando se disponía a rechazarla de nuevo, Gorman adoptó rápidamente un tono lastimero para convencerla. —Linsey, quédate aquí, por favor. Ten un poco de piedad de mí.
Su rostro reflejaba una profunda tristeza mientras susurraba: —Desde que Collin me arrebató a la mujer que amaba, cada día ha sido una pesadilla. Entonces te conocí y, por primera vez, volví a sentirme verdaderamente feliz.
Esas palabras tocaron la fibra sensible de su corazón.
«Bueno…». Justo cuando estaba a punto de aceptar, el teléfono de la mesita de noche vibró.
«Lo siento, déjame contestar primero». Sus labios esbozaron una sonrisa de disculpa mientras lo cogía.
En cuanto vio el nombre de su mejor amiga en la pantalla, su expresión se suavizó.
«Dolores, ¿qué pasa?», preguntó.
Algo de lo que dijo Dolores hizo que su rostro cambiara al instante.
«¿Qué? ¡Tranquila, voy para allá ahora mismo!».
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Colgó sin dudarlo y siguió haciendo las maletas.
Al verla tan apresurada, Gorman se acercó y le preguntó: «Linsey, ¿todavía piensas volver a casa?».
«Sí». Siguió haciendo las maletas a toda prisa y añadió con tono de disculpa: «Lo siento, pero mi amiga me necesita».
Gorman había hecho todo lo posible para convencer a Linsey de que se quedara, hablando hasta que casi se le agotó la voz, pero ella se mantuvo firme en su decisión de volver a casa. Su motivo nunca vaciló.
«Mi mejor amiga está enferma», le dijo. «Ella significa más para mí que nadie en el mundo, y tengo que estar ahí para ella».
«Podría organizar su traslado aquí y que los mejores especialistas se encargaran de su tratamiento», le ofreció Gorman.
Pero Linsey solo negó con la cabeza, con tono amable. «Te agradezco tu amabilidad, Gorman, pero realmente no es necesario que te tomes tantas molestias».
Ninguno de los dos cedió y la conversación se estancó. Cuando quedó claro que ella no cambiaría de opinión, Gorman finalmente soltó un suspiro y se rindió.
Tras una pausa, apretó los labios y dijo con tranquila determinación: «En ese caso, iré contigo».
De ninguna manera iba a dejar que ella viajara sola de vuelta a Grester, no cuando cada momento con ella era importante y no cuando Collin podía encontrarse con ella y conquistarla.
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