Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1365
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1365:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Linsey levantó la cabeza, sobresaltada, pero en cuanto lo reconoció, sus hombros se relajaron. Se apresuró a acercarse. «¿Estás bien?».
La mirada de Gorman se posó en la maleta a medio hacer.
«¿Vas a volver a casa?». Su voz era tranquila, pero sus rasgos, normalmente amables, se veían ensombrecidos por algo más duro.
Ella no intentó suavizar la verdad. «Sí».
«¿Y yo?». Frunció el ceño y la miró fijamente. «Si te vas, ¿qué será de mí?».
La pregunta la pilló desprevenida. En su tono, percibió algo más que simple curiosidad: una acusación tácita, como si ella lo estuviera abandonando. Era absurdo: solo se conocían desde hacía unos días. Entonces lo entendió y soltó una risa suave y divertida. «¿Te refieres a todo eso de fingir que somos novios?».
El silencio de Gorman fue respuesta suficiente. Apretó los labios mientras ella continuaba: —Me dijiste que tu familia te obliga a ir a citas a ciegas. Puedo conocerlos contigo antes de irme y luego…
—Y luego lo terminamos, ¿no? —concluyó él por ella, bajando la mirada hacia ella, con una leve arruga de enfado marcando su expresión.
Quizás era la primera vez que Linsey veía esa expresión en el rostro de Gorman, y eso la hizo dar un paso atrás instintivamente, confundida.
«Sí», respondió ella.
Sentía que su idea tenía mucho sentido.
Su actuación como pareja era principalmente por el bien de la familia de Gorman. Si ella conocía a sus padres con él antes de marcharse, dejarían de intentar concertarle citas a ciegas.
¿No era eso lo que él quería? ¿Por qué estaba molesto?
Continúa tu historia en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c○𝓂 sin interrupciones
Su confusión era genuina.
Naturalmente, Gorman no tenía intención de decirle la verdadera razón.
Respiró lentamente, reprimiendo sus verdaderas emociones, y fingió tristeza al preguntar: «¿Por qué no puedes quedarte un poco más?».
Su estado de ánimo era perfectamente bueno. Sus hombres le habían informado de que Collin había terminado su trabajo y se dirigía a casa.
Con su mayor rival en el amor fuera del panorama, Gorman pensó que por fin podría concentrarse en construir algo con Linsey.
Sin embargo, no esperaba que ella hiciera las maletas y se marchara el mismo día que Collin.
Su mente comenzó a divagar inmediatamente.
Grester era el lugar de Collin, y si Linsey regresaba a esa ciudad, seguramente se cruzaría con él. ¿Y si los dos acababan enamorándose?
Si acababan juntos, ¿qué sentido tendría su segunda oportunidad en la vida? ¿Sería el destino tan cruel como para obligarle a ver su felicidad mientras él soportaba el desamor?
Se negaba a creer que el universo pudiera jugarle una mala pasada así.
Desde la perspectiva de Linsey, su decisión de regresar era sencilla.
«He terminado mi proyecto de investigación», explicó. «Y mi presupuesto para el viaje se ha agotado casi por completo. Realmente no puedo permitirme quedarme aquí más tiempo».
En cuanto se dio cuenta de que se trataba de dinero, la tensión se le quitó de encima.
«No tienes que preocuparte por eso. Yo tengo más que suficiente».
.
.
.