Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1328
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1328:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La imagen que se encontró ante sus ojos le robó el aliento. Tenía una daga clavada profundamente en el pecho. La sangre ya había empapado su camisa.
En la fracción de segundo en que sus miradas se cruzaron, su cuerpo se tambaleó y luego se derrumbó, cayendo al suelo como un títere al que le han cortado los hilos.
«¡Collin!». Linsey corrió hacia él, con las manos temblorosas y las lágrimas brotando incontrolablemente. «No me asustes así… No soy lo suficientemente fuerte. Voy a llamar a una ambulancia, aguanta, por favor».
Buscó a tientas su teléfono, con las manos temblorosas mientras marcaba el número.
Una vez terminada la llamada, lo acunó suavemente en sus brazos, con lágrimas corriendo por su rostro. «¿Por qué hiciste algo tan estúpido?», susurró con voz quebrada. «¿Por qué arriesgarías tu vida por mí?».
Una débil sonrisa se dibujó en los labios de Collin. Levantó la mano y le secó las lágrimas. «No llores. Aún no estoy muerto».
Su voz era débil, pero estaba teñida de afecto burlón. «Ahora que por fin ves lo mucho que te quiero… ¿aún te atreves a engañarme?».
«¡No te he engañado!», exclamó ella, sollozando con más fuerza.
—Lo has malinterpretado todo. Esa llamada… no era lo que pensabas. Era el dueño de la pastelería, estaba organizando tu sorpresa de cumpleaños. Por eso no te dejé usar mi teléfono. —Con dedos temblorosos, le mostró los registros de chat—. ¿Ves? Todo es sobre tu pastel. Hoy salí temprano para recogerlo… y para comprar tu regalo.
La sorpresa brilló en los ojos de Collin. «¿Te… acordabas de mi cumpleaños?».
«Por supuesto que sí», lloró Linsey. «Así que, por favor, aguanta. Ni siquiera has soplado las velas todavía. No has pedido tu deseo de cumpleaños. Si superas esto… haré todo lo que quieras».
Disponible ya en ɴσνєʟα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸m de acceso rápido
Esa promesa pareció reavivar una chispa de vida en él.
Con gran esfuerzo, mantuvo los ojos abiertos. «Entonces prométeme… prométeme que no me dejarás. Que permaneceremos juntos… felices… por el resto de nuestras vidas».
«¡Lo prometo!», gritó Linsey, asintiendo frenéticamente.
Los labios de Collin se curvaron en una leve sonrisa. «Tengamos un hijo».
Las lágrimas de Linsey cayeron con más fuerza aún. «De acuerdo. Uno. Dos. Tantos como quieras, tendremos un equipo de fútbol completo. Solo quédate conmigo».
Momentos después, los médicos irrumpieron en la tienda, seguidos de cerca por la policía.
Más tarde, en el hospital…
Tras horas de una tensa y agotadora operación, Collin finalmente salió adelante.
Linsey permaneció a su lado toda la noche, negándose a marcharse ni un solo momento.
Hacia las tres de la madrugada, él abrió los ojos.
«¡Estás despierto!». Linsey se inclinó hacia él, con la voz cargada de emoción. «¿Cómo te encuentras? ¿Te duele algo?».
Collin la miró a los ojos, luego extendió la mano y le cogió la mano con delicadeza. «Estoy bien. No te preocupes».
Linsey abrió la boca para decir algo más, pero él se le adelantó. «Tienes que cumplir tu promesa».
Ella parpadeó. «¿Qué promesa?».
.
.
.