Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1311
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Capítulo 1311:
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Una ola de pánico invadió al colega que manejaba el ordenador. «Alguien ha manipulado nuestra configuración. La pantalla está llena de código codificado y ninguno de los archivos de diseño se abre».
La frustración de Lara estalló cuando se enfrentó a él. «¿Qué quieres decir? Estabas aquí mismo. ¿Cómo ha podido alguien manipular el sistema delante de tus narices?».
Con el arrepentimiento reflejado en su rostro, el colega admitió: «Tuve que ir al baño porque me dolía el estómago. Nunca pensé que alguien se aprovecharía de eso».
«¡Deberías haber pedido a alguien que lo vigilara mientras no estabas!», le regañó Lara, alzando la voz.
Linsey intervino con tono suave para calmar los ánimos. «No le culpes, Lara. Los accidentes ocurren. Centrémonos en recuperar los archivos».
El colega se puso en acción y ofreció: «Iré a buscar a un especialista en informática ahora mismo».
«No hay tiempo», decidió Linsey, acercando una silla y sentándose frente al ordenador. «Tengo algo de experiencia con código. Déjame intentarlo».
Sus dedos volaban sobre el teclado mientras trabajaba, con la mirada fija y concentrada. Líneas de código parpadeaban en la gran pantalla, llamando la atención de todos los presentes en la sala.
En cuestión de segundos, Linsey introdujo los comandos finales. Al instante, los bocetos de diseño perdidos llenaron la pantalla con un detalle impresionante.
Un murmullo recorrió la multitud cuando aparecieron las imágenes.
Linsey exhaló, se puso de pie, se recompuso y volvió al micrófono. «Gracias por esperar», dijo con una sonrisa radiante. «Echemos un vistazo juntos a nuestros bocetos de diseño».
Esos veinte minutos en el escenario pasaron casi al instante y, cuando terminó la presentación, la sala estalló en un aplauso entusiasta.
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Dustin se unió a los aplausos y luego se inclinó hacia Collin y le dijo con sincera admiración: «No tenía ni idea de que Linsey fuera tan versátil. Tiene habilidades para el diseño, la presentación e incluso la programación. Sinceramente, estoy tentado de ficharla para la empresa ahora mismo».
Collin escuchó, con un toque de orgullo en su profunda voz. «Adelante, inténtalo», respondió sonriendo.
Una vez terminada la presentación, los invitados comenzaron a mezclarse por el recinto. Linsey se bajó del escenario y enseguida se vio rodeada de compañeros que la colmaban de elogios. Ella respondió con una sonrisa amable y humilde.
En medio de la charla, un hombre llamativo se acercó y la saludó calurosamente. «¿Tú debes de ser la Sra. Brooks?».
Linsey asintió con la cabeza, con un destello de curiosidad en los ojos. «Soy yo. ¿Y usted es?».
Su sonrisa se amplió mientras le entregaba una tarjeta de visita. «Soy gerente del Grupo Calderón. Su presentación ha sido fantástica. ¿Ha pensado alguna vez en cambiar de trabajo? Podemos ofrecerle mejores condiciones que el Grupo Wells».
Una voz burlona intervino: «¿Por qué no se une a CR Corporation? Puede establecer sus propias condiciones».
Al darse la vuelta, Linsey vio a Collin sentado en su silla de ruedas junto a Dustin.
Al darse cuenta de quién era Dustin, y plenamente consciente de que su propia empresa no podía competir con CR Corporation, el hombre se echó rápidamente atrás, con la vergüenza reflejada en su rostro.
«Espere, ¿acaba de decir que realmente podría trabajar en CR Corporation?». Los ojos de Linsey brillaron mientras preguntaba, con incredulidad y emoción evidentes en su voz.
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