Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1300
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Capítulo 1300:
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Linsey lo miró boquiabierta, sorprendida. «¿Cómo es posible que no la recuerdes? ¿No fuiste tú quien envió a gente a humillarla en Starwood?».
Sus palabras le refrescaron la memoria.
Él se burló: «¿Para qué molestarse en recordar su nombre? Llámala simplemente la mujer desvergonzada». Para él, una mujer que le había robado el prometido a otra persona no merecía la dignidad de un nombre.
Linsey se quedó sin palabras, incapaz de rebatir su contundente lógica.
Antes de que pudiera responder, el tono de Collin se volvió gélido y burlón. «¿Has perdido el juicio o te han dado un golpe en la cabeza? Después de esa desagradable ruptura con ese holgazán, ¿todavía quieres trabajar para tu exnovio?».
«No soy tan tonta», replicó Linsey a la defensiva.
«¿Ah, sí?». La mirada escéptica de Collin la atravesó, y su sonrisa burlona fue mordaz. «Dime, ¿quién es más despistado que tú?».
«Bueno, eh…». La mente de Linsey se quedó en blanco y titubeó, incapaz de nombrar a nadie.
Collin aprovechó el momento y declaró: «Eres la mayor idiota que existe».
«¡No lo soy!», protestó Linsey, frunciendo el ceño en señal de desafío mientras lo miraba con ira. «¡Collin, eres tan molesto!».
Él sonrió con aire burlón. «Eso es mejor que ser descerebrada».
«¡Tú!». Furiosa, Linsey agarró un cojín y se lo lanzó. «¡Idiota, te lo haré pagar!».
Su discusión se convirtió en una pelea familiar. Roland, acostumbrado a sus disputas, había planeado mencionar la cena, pero, sabiamente, se escabulló al ver su acalorado intercambio.
Aún furiosa, Linsey se negó a dar más explicaciones y se marchó enfadada a comer sola.
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A la mañana siguiente, mientras Linsey desayunaba y se preparaba para ir al trabajo, la voz grave de Collin la detuvo. «Si te gusta tanto trabajar, puedo conseguirte un trabajo mucho mejor y más cómodo que cualquier otro en Wells Group».
«Agradezco la oferta, pero tengo mis propios planes», respondió Linsey, con voz educada pero firme.
Collin dejó los cubiertos sobre la mesa y la miró con dureza. «¿Así que tu idea es seguir ganando dinero para Felix y hacerme quedar como un idiota al que han engañado?».
Linsey frunció el ceño. —No es eso lo que quiero decir.
—Entonces explícamelo —dijo él, claramente perdiendo la paciencia. El sonido de sus cubiertos golpeando el plato llenó la habitación—. Si no me lo explicas hoy, no saldrás de esta casa.
La frustración de Linsey se reflejó en su voz. —¿Por qué tienes que actuar así todo el tiempo? »
Él no dudó en responder. «Porque no puedo evitarlo». Eso solo sirvió para enfadar aún más a Linsey.
Finalmente, ella soltó la verdad. «La mitad del Grupo Wells es fruto de mi esfuerzo. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo Félix y Joanna me lo roban. Por eso he estado tragándome mi orgullo, acercándome a ellos y esperando el momento adecuado para recuperar lo que es mío». Habló con total sinceridad.
Collin la escuchó y respondió con calma: «Recuperarlo no tiene por qué ser tan difícil. Solo tienes que dejar que te ayude y lo tendrás todo esta noche».
Linsey negó con la cabeza sin dudarlo. «No lo haré. Me niego a depender de nadie. Quiero recuperarlo todo por mí misma».
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