Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1250
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Capítulo 1250:
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Aun así, Huntley se inclinó hacia ella, presionándola para obtener una reacción. «¿Y bien? ¿Cuál es tu respuesta?».
Reprimiendo su enfado, Linsey mantuvo la compostura y respondió con una sonrisa mesurada: «Ya te lo dije durante la cena, Huntley. Casarme con Collin fue mi decisión. Nadie me obligó».
Mientras la observaba, la sonrisa burlona de Huntley se desvaneció, sustituida por una mirada dura y fría.
«Las mujeres siempre se hacen las difíciles, pero ¿no estás yendo demasiado lejos?».
Al oír las palabras de Huntley, la sonrisa de Linsey se desvaneció.
«Estoy siendo sincera. Nunca he intentado jugar contigo», dijo con voz firme. «Fingiré que nada de esto ha pasado y te agradecería que la próxima vez que bebas te guardaras tus historias descabelladas para ti. Tengo cosas que hacer, así que me voy».
Se dio la vuelta y empezó a alejarse.
Antes de que pudiera irse muy lejos, Huntley extendió la mano y la agarró por la muñeca.
«Suéltame». Linsey intentó liberarse, con la frustración marcándole líneas en la frente. Sin embargo, Huntley era mucho más fuerte. Sus esfuerzos solo hicieron que él la sujetara con más fuerza, clavándole los dedos en la piel.
Levantó la vista y se encontró con la mirada feroz de Huntley, y su pulso se aceleró. Una sensación de inquietud le recorrió la espalda.
«¡Suéltame!», dijo Linsey, haciendo todo lo posible por parecer tranquila, aunque apretó la mandíbula.
«No lo olvides. Soy la esposa de Collin. Muéstrame algo de respeto».
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«¿Respeto?», Huntley se rió burlonamente. La miró como si ella acabara de contar un chiste. «¿Quién te crees que eres para hablarme así? ¿Una don nadie sin un apellido que la respalde?».
De repente, una voz aguda rompió el tenso silencio. «Tiene todo el derecho, porque es mi esposa».
Ni Linsey ni Huntley esperaban la presencia de Collin en el jardín.
Linsey sintió un alivio instantáneo. Ver a Collin fue como agarrarse a un salvavidas después de estar a punto de ahogarse.
Aprovechando el momento de sorpresa de Huntley, liberó su muñeca y corrió hacia Collin sin mirar atrás.
Sin saber cuánto había visto Collin, Linsey no perdió tiempo. Señaló acusadoramente a Huntley. «¡Ha cruzado la línea, Collin! No me dejaba en paz. ¡Se comportaba de forma indecente!».
«Lo vi». Collin asintió, le cogió la mano y la envolvió con la suya. Su suave caricia la tranquilizó más de lo que las palabras jamás podrían haberlo hecho.
Mientras tanto, Huntley se dio cuenta de lo que había pasado.
Se encogió bajo la gélida mirada de Collin, sintiéndose de repente incómodo y expuesto. Pero se mantuvo en silencio, evitando deliberadamente los ojos de Collin mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia la salida.
Collin, sin embargo, no iba a dejar que las cosas terminaran ahí.
—Quédate.
Una sola palabra de Collin, aguda y autoritaria, hizo que Huntley se detuviera. Huntley se detuvo instintivamente, con la postura rígida. Un momento después, se enderezó, se dio la vuelta para mirar a Collin y fingió una mirada indiferente, como si la confrontación no significara nada para él.
Miró a Collin a los ojos y le preguntó: «¿Qué quieres?».
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