Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1244
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1244:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Una vez más, Linsey se encontró atrapada en una furia muda, con todo su cuerpo temblando por la fuerza de su ira reprimida.
Después de varias rondas más de esta agotadora batalla, finalmente se rindió, sin querer desperdiciar ni una pizca más de energía en sus exigencias infantiles. Con pesada resignación, aceptó su destino de prepararle la comida.
Collin la vio marcharse enfadada, incapaz de reprimir la sonrisa victoriosa que se extendía por su rostro.
En su mente, Linsey era claramente el tipo de mujer que protestaba en voz alta, pero que en secreto disfrutaba que le dijeran lo que tenía que hacer. Después de todo, había afirmado que no cocinaría para él, pero ahí estaba, prácticamente corriendo a la cocina para hacer precisamente eso.
Amanecía otro día y Linsey bajó las escaleras con un bostezo que le partía la mandíbula, con ojeras que le ensombrecían los ojos como moratones.
El recuerdo de la terrible experiencia de la noche anterior con Collin la atormentaba como una pesadilla recurrente.
Su comportamiento había alcanzado nuevos niveles de locura. Nada más terminar de preparar unos espaguetis, él ya le estaba gritando que bajara las escaleras y le trajera un vaso de agua.
Lo que lo hacía aún más exasperante era cómo Collin se transformaba en una auténtica pesadilla después de llenar su estómago. No podía dormir y se negaba a dejar descansar a Linsey. En plena noche, le exigió que le contara cuentos para conciliar el sueño.
Los cuentos de hadas le provocaban un desprecio instantáneo, los chistes los descartaba rápidamente y su retorcida preferencia exigía exclusivamente historias de terror.
La pobre Linsey se vio buscando frenéticamente en Internet cuentos adecuados para leer en voz alta.
Más capítulos esperando en ɴσνєʟα𝓼𝟜ƒαɴ.𝓬𝓸𝗺
La cruel ironía golpeó con fuerza cuando él se quedó dormido con una feliz satisfacción, mientras ella permanecía erguida, temblando de terror hasta las primeras luces del alba.
Por la mañana, Linsey se arrastró hasta la mesa del comedor, donde Collin ya estaba sentado esperando.
Sus miradas se cruzaron y el rencor por el tormento de la noche anterior aún ardía en su mente. No le saludó, simplemente tiró de la silla y se dejó caer en ella.
Collin parecía completamente indiferente y entabló la conversación con naturalidad. —Más tarde vas a venir conmigo a un sitio.
Esas palabras hicieron que Linsey se quedara paralizada en medio de un bostezo, con la mano aún presionada contra la boca.
Leyendo su rostro como un libro abierto, Collin insistió inmediatamente. —¿Qué, no quieres ir?
—Exactamente. —La honestidad de Linsey cortó el aire de la mañana sin vacilar.
Collin no mostró irritación alguna por su rechazo directo. Su cuchillo y tenedor se movían con deliberada precisión mientras seguía cortando su comida, hablando con tranquila autoridad. «¿Ni siquiera sientes curiosidad por saber adónde vamos?».
«En absoluto». La respuesta de Linsey fue plana y sin emoción, antes de beber casi la mitad de su leche de un solo trago.
La insomne odisea de la noche anterior la había dejado completamente agotada, y los golpes de Roland a primera hora de la mañana para avisarla del desayuno solo habían empeorado las cosas. El sueño pesaba sobre cada fibra de su ser, y lo único que deseaba era terminar esta comida y volver a meterse bajo las sábanas. Aventurarse a cualquier lugar era su última prioridad.
Supuso que el tema quedaría ahí, que Collin no insistiría más. Pero él demostró ser tan impredecible como siempre.
.
.
.