Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1211
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1211:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«¿Podrías dejar de hacer suposiciones descabelladas?», Linsey se obligó a sostener su fría mirada, decidida a defender sus acciones. «No estaba tratando de provocarte. ¿Por qué iba a hacer algo para enfadarte?».
Collin no respondió. Sus ojos, imposibles de descifrar, permanecieron fijos en el rostro de ella, haciendo imposible adivinar sus pensamientos.
Cuanto más se prolongaba su silencio, más incómoda se sentía ella. Sus dedos se enredaron en la tela de su camisa, delatando su nerviosismo.
La habitación se volvió más pesada con cada segundo que pasaba, el silencio era casi sofocante, hasta que Collin finalmente se movió.
Sin decir una palabra, giró la silla de ruedas y se dirigió hacia la puerta. Al verlo marcharse, Linsey lo llamó por instinto: —¡Oye! ¿Adónde vas?
Él se volvió y le dirigió una mirada fría, con voz tan plana como una piedra. —Voy a cambiarme los pantalones.
Había amargura en su tono, como si el día le hubiera repartido una mala mano. Cuando se dio cuenta de que no iba a arremeter contra ella, Linsey no pudo evitar fruncir el ceño.
Eso no era lo que ella pretendía en absoluto.
Si quería tener alguna esperanza de éxito, tendría que arriesgarse aún más.
Unas palabras suaves se deslizaron de sus labios mientras oteaba la habitación, tramando su siguiente movimiento.
Collin regresó unos minutos más tarde y abrió la puerta para ver a Linsey inclinada sobre una fregona, limpiando el suelo.
Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro cuando levantó la vista. —Ya has vuelto —lo saludó, haciendo ademán de acercarse a él.
Pero su pie pisó un charco y, en una fracción de segundo, se inclinó hacia delante y cayó con fuerza antes de poder recuperarse.
Se oyó un estruendo repentino.
En un solo movimiento, Linsey se desplomó sobre el escritorio, haciendo que el portátil y una pila de papeles cayeran al suelo formando un montón desordenado.
Durante un instante, nada se movió. El estruendo se desvaneció, sustituido por un tenso silencio.
Linsey se levantó rápidamente antes de que Collin pudiera reaccionar, fingiendo estar nerviosa. —Lo siento mucho. Vi que había manchas de café por todas partes y quería limpiarlas, pero lo he estropeado todo y he roto tu ordenador portátil.
Continúa tu historia en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c○𝓂 sin interrupciones
Con el rostro inexpresivo, Collin la miró fijamente. Era imposible saber si se creía su historia o no.
En lugar de mirarlo a los ojos, Linsey se agachó en el suelo, revolviendo entre el desorden como si estuviera demasiado abrumada para levantar la vista. En secreto, su principal preocupación era el portátil.
A pesar del caos, el dispositivo no estaba completamente destrozado, solo tenía un par de grietas en la pantalla.
Limpió el café y trató de levantar el portátil con una sola mano para volver a colocarlo sobre la mesa.
El peso la tomó por sorpresa. Con un ruido sordo, el portátil se le resbaló de las manos y cayó justo delante de Collin.
Esa última caída fue demasiado. Las piezas rotas se esparcieron por el suelo, y una de ellas rodó hasta los pies de Collin.
Collin bajó la mirada al suelo y luego la levantó de nuevo, con tono gélido. —Linsey, ¿lo has hecho a propósito?
Ella negó rápidamente, sacudiendo la cabeza de un lado a otro. «No, yo no he sido».
Él no estaba convencido. «Entonces, ¿por qué tuvo que caer justo delante de mí?».
.
.
.