Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1159
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1159:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Linsey bajó la mirada y murmuró: «El odio de Joanne ha ido creciendo desde que se enteró de que Alicia se había casado con Jeffery. Ha ido en espiral… y hoy, finalmente, ha estallado».
Hizo una pausa, con la mirada perdida y un destello de conflicto en los ojos. «Amar a alguien no está mal. Pero Joanne nunca eligió el camino correcto. A pesar de saber que Alicia y Jeffery se amaban de verdad, se enfrentó a Alicia con nada más que rencor».
Dolores dejó escapar un suspiro de cansancio. «Quizás… quizás los años de amor no correspondido se convirtieron en algo más oscuro. En obsesión».
Linsey dejó que la idea flotara en el aire, pero se negó a justificar la crueldad de Joanne. «Es un alivio que sigan vivos. Si hubiera pasado algo… ni siquiera la muerte de Joanne habría expiado lo que hizo».
Para Linsey, cualquiera que pudiera levantar la mano a una mujer embarazada, por muy desconsolada o desesperada que estuviera, había cruzado una línea mucho más allá de la redención.
Al poco rato, se abrió la puerta y entró Dustin con los brazos cargados de una gran bolsa de comida. Detrás de él, sus subordinados le seguían con varias bolsas repletas de artículos de primera necesidad.
Dolores parpadeó sorprendida. —¿Por qué has traído tanto?
Sin inmutarse, Dustin ordenó a sus hombres que dejaran las bolsas sobre la mesa y respondió con naturalidad: «Van a estar aquí un tiempo. Esto es lo básico, lo necesitarán».
Incluso Linsey pareció ligeramente sorprendida. —No te creía tan considerado. Impresionante.
Una sonrisa irónica se dibujó en los labios de Dustin. «Bueno, tengo que asegurarme de que estén bien atendidos… hasta que estén realmente bien».
La gratitud en los ojos de ambas mujeres no necesitaba palabras.
Justo cuando Dustin metió la mano en la bolsa para ofrecerles un plato a cada una, una tos repentina rompió el silencio. Provenía de Jeffery.
Su rostro, ya mortalmente pálido, se retorció de dolor cuando la tos le tensó la espalda herida.
—¡Jeffery! —Linsey se puso en pie de un salto. Corrió a su lado, se inclinó sobre él y le acarició suavemente el pelo—. Jeffery, ¿me oyes? ¿Estás despierto?
Actualizaciones diarias desde ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 para seguir disfrutando
Jeffery tomó varias respiraciones superficiales antes de abrir los ojos de par en par, con una mirada salvaje y nublada por el miedo.
Durante un instante, se quedó mirando al techo, como si intentara recordar dónde estaba. Entonces, de repente, giró la cabeza hacia Linsey.
Sus primeras palabras salieron entrecortadas y roncas. —Alicia… ¿dónde está Alicia?
Jeffery miró a Linsey, visiblemente alterado. Un vago recuerdo parpadeó en su mente: justo antes de perder el conocimiento, había visto a Alicia desplomarse, con la sangre brotando de su cuello en un torrente aterrador. La imagen lo había perseguido a través de sueños fragmentados y desorientados.
Al notar su creciente angustia, Linsey se apartó suavemente, permitiéndole ver claramente la cama que tenía al lado.
Su voz era suave pero firme, un bálsamo para el pánico que sentía en el pecho. —Alicia aún no ha recuperado la conciencia —le explicó—. Pero el médico nos ha asegurado que está estable. El bebé también está bien. Ahora está muy débil y necesita mucho descanso.
Los ojos de Jeffery seguían nublados, como si aún estuviera atrapado en la niebla del pánico. Sin dudarlo, Linsey se acercó y le sujetó los hombros, recostándolo con dos almohadas blandas detrás de la espalda.
.
.
.