Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1152
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1152:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Los ojos de Jeffery estaban oscuros como una tormenta. Se quedó rígido, con los puños apretados a los lados, conteniendo a duras penas la furia que hervía en su interior. Un movimiento en falso y Joanne podría perder el control y cortar el hilo de la vida de Alicia sin dudarlo.
Respiró con fuerza. Luego, con voz baja y firme, dijo: «Joanne, podemos hablarlo. Sea lo que sea lo que esté pasando, lo resolveremos juntos. Pero, por favor, baja el cuchillo».
Linsey no dijo nada, con toda su atención fija en la hoja temblorosa que Joanne sostenía en la mano. Todos los nervios de su cuerpo estaban tensos, listos para reaccionar.
Joanne parpadeó lentamente. Por primera vez, sus ojos brillaron con una frágil chispa de esperanza.
«¿De verdad?», preguntó, casi con voz de niña, como alguien a punto de creer en un amor imposible. «¿Me darás cualquier cosa?».
Jeffery dudó, solo por un instante. Luego asintió. —Sí. Si está en mi mano, te lo daré.
Por un breve instante, Joanne pareció a punto de llorar. Pero la frágil ilusión se hizo añicos cuando sus fríos ojos se posaron de nuevo en Alicia. Entonces, sus labios esbozaron una sonrisa amarga.
—Estás mintiendo —murmuró. Su aliento rozó la mejilla de Alicia como el susurro de la muerte—. Solo lo dices para protegerla.
El cuerpo de Alicia tembló cuando un escalofrío le recorrió la espalda. Cerró los ojos con fuerza y respiró entrecortadamente.
Ahora lo entendía todo. La obsesión de Joanne por Jeffery no había surgido de la noche a la mañana. Probablemente se había gestado durante años, en silencio, en secreto, hasta convertirse en algo peligroso. No era amor. Era el tipo de fijación que devora todo a su alrededor.
Jeffery también comprendía la profundidad del delirio de Joanne. Y, sin embargo, por más que lo intentaba, no podía recordar ni una sola interacción significativa con ella. Apenas habían intercambiado más que palabras de cortesía.
Pero nada de eso importaba ahora. Lo único que importaba era la vida de Alicia.
—Te lo juro —dijo Jeffery, con voz firme a pesar del miedo que le recorría la espalda—, pidas lo que pidas, haré todo lo que esté en mi mano para conseguirlo.
Sigue leyendo en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.ç0𝓂 con nuevas entregas
Mantuvo la mirada fija en ella, firme y solemne. —Y si miento —añadió, bajando el tono de voz—, que nunca vuelva a conocer la paz en toda mi vida.
Joanne se quedó paralizada, el impacto de aquellas palabras la dejó momentáneamente sin habla.
Mientras tanto, Alicia abrió los ojos de par en par y se le llenaron de lágrimas al fijar la mirada en Jeffery. Ese destello de dolor mezclado con tristeza bailaba en la mirada llena de lágrimas de Alicia.
Una rápida mirada a Jeffery le dio la señal a Linsey, que dio un paso adelante mientras Joanne seguía conmocionada.
—Joanne, escucha. Conozco a Jeffery. Él dice lo que piensa. Si te está prometiendo algo ahora, puedes confiar en que es sincero. Respiramos todos, sentémonos y hablemos con calma.
Joanne empezó a tener dudas, lo que la sumió en la incertidumbre. Desde su punto de vista, Jeffery era el tipo de persona que nunca mentía a la ligera. Su sinceridad parecía casi segura cuando hablaba con tanta seriedad. Una oleada de emoción casi empujó a Joanne a compartir el deseo que había mantenido oculto durante años.
De repente, se oyeron voces autoritarias cerca.
«¡Todos atrás! ¡Despejen la zona!».
.
.
.