Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1143
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1143:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Sus respiraciones entrecortadas eran el único sonido en el espacio silencioso, con la mano paralizada en el aire.
Parpadeó, atónita. Eso no era lo que esperaba.
Collin se enderezó, claramente divertido por su expresión aturdida. «¿Qué creías que iba a hacer?», preguntó, con los labios curvándose en una sonrisa burlona.
Antes de que ella pudiera balbucear una respuesta, él le apartó suavemente un mechón de pelo de la cara, con una voz inesperadamente tierna. «No te preocupes. Aunque quisiera hacerlo, ahora no sería el momento».
Dicho esto, la ayudó a sentarse, tratándola como si fuera de porcelana.
—¿Te tiré del pelo? —preguntó, examinando con cuidado las puntas de sus largos mechones.
Linsey negó con la cabeza, todavía un poco sin aliento. —No…
Por fin, al darse cuenta de lo que acababa de pasar, le dio un ligero puñetazo en el hombro, haciendo un puchero. —Me has dado un susto de muerte, idiota.
Collin se rió entre dientes, con un sonido bajo y cálido. Luego, con una seriedad poco habitual en él, prometió: —Solo estaba bromeando. No lo volveré a hacer… a menos que tú quieras.
«No olvides tu promesa», respondió Linsey.
Poco después, el coche se detuvo justo delante de su edificio.
Juntos, Linsey y Collin entraron en el edificio, caminando uno al lado del otro por el silencioso pasillo. Ya había caído la noche y, como era de esperar, tanto Zenia como Zander estaban profundamente dormidos.
Ambos padres se detuvieron para echar un vistazo a los niños antes de retirarse en silencio al dormitorio principal, donde por fin podrían relajarse.
En cuanto entró en la habitación, los recuerdos del trayecto en coche inundaron la mente de Linsey. Sus ojos se posaron en Collin, con una mirada llena de incertidumbre. Abrió la boca como para hablar, pero las palabras se desvanecieron.
Collin captó su mirada inquieta. Levantando una ceja, le preguntó: «¿Te pasa algo?».
Ella dudó y bajó la voz. «Hace un momento… ¿no has dicho…?».
Historias exclusivas en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝒸ø𝓂 que te atrapará
Parecía que Collin ya sabía lo que pensaba, su conexión era más profunda que las palabras. Con pasos firmes, se acercó a ella y la miró con intensidad. —¿Me deseas?
Rápida en responder, Linsey negó con la cabeza. —De ninguna manera. Eso fue todo lo que tú… —Era tan astuto.
Una chispa de risa iluminó los ojos de Collin, y su sonrisa fue cálida y despreocupada. —Ve a asearte. Es tarde y necesitas descansar.
—¿En serio? —preguntó Linsey, con sorpresa suavizando su tono.
Él le acarició la mejilla con la mano, tranquilizándola con un gesto tierno. —Por supuesto. Ahora estamos casados, Linsey. Estas cosas son importantes para los dos. Lo que tú quieres es tan importante para mí como para ti.
Con delicadeza, la giró por los hombros y la empujó hacia el cuarto de baño. —Vamos. Date una ducha. Necesitas dormir.
La puerta del baño se cerró detrás de Linsey cuando entró, dejando atrás la tranquilidad de la habitación. El cansancio se apoderó de ella tras una noche tan larga y emotiva.
Cuando Collin salió de la ducha, ella ya estaba profundamente dormida.
.
.
.