Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1072
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1072:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Reflexionando sobre todo lo que había pasado desde que se habían vuelto a encontrar, Jeffery se dio cuenta de que Linsey solo mostraba cariño hacia Alicia.
Sin dudarlo, Linsey asintió con la cabeza. «Es una buena decisión. El embarazo de Alicia ya está avanzado, así que es mejor evitar las multitudes siempre que sea posible. Es muy fácil que algo salga mal».
Una ola de impotencia se mezcló con el alivio cuando Jeffery aceptó la verdad. Alicia lo había visto claro desde el principio: había algo inconfundible entre ella y Linsey, una atracción silenciosa que los unía de una manera que él no podía negar.
Al mirar alrededor de la habitación, Linsey vio una repentina tristeza en los ojos de Shari. Un solo nombre, Elva, resonó de repente en la mente de Linsey.
El recuerdo volvió a ella: hacía poco, mientras presenciaba cómo Harold intimidaba a Shari en el restaurante, Linsey había oído cómo ella llamaba desesperadamente a Elva.
La curiosidad la empujó a hablar. —Shari, ¿quién es Elva? —preguntó, con voz tranquila mientras observaba cualquier señal en el rostro de Shari—. Me pareció oírte decir algo sobre invitar a Elva cuando estábamos en el restaurante.
Sus años universitarios habían creado un fuerte vínculo entre ellas. Linsey, desconcertada por el pasado, estaba segura de que nunca había habido nadie llamado Elva en la vida de Shari.
La tensión se apoderó de Shari. Dudó un instante antes de responder: «¿Qué? ¿Elva? Te equivocas, Linsey. Yo nunca he dicho eso».
Una sonrisa temblorosa intentó ocultar la verdad, pero Linsey podía sentir la tensión subyacente.
A suavizar la voz, Linsey continuó con preocupación: «Si tienes algún problema, por favor, háblame, Shari. Solo podré ayudarte si me dejas entrar». Leyendo entre líneas, añadió con delicadeza: «No te preocupes por ser una carga para mí. Sea lo que sea lo que esté pasando, quiero ayudarte. No me excluyas, ¿lo prometes?».
Al ver la sincera preocupación reflejada en los ojos de Linsey, Shari sintió que algo dentro de ella comenzaba a romperse. En cuestión de segundos, las lágrimas se acumularon en sus ojos y le pintaron las mejillas de rojo. Toda la presión que había soportado parecía abandonarla, dejándola desnuda y expuesta. Incluso unas pocas palabras amables de Linsey casi la desmoronaron por completo.
Respirando con dificultad, Shari se armó de valor para contarlo todo. Pero justo en ese momento, su teléfono comenzó a sonar, rompiendo el silencio.
Tomada por sorpresa, Shari respiró hondo, se tranquilizó y respondió a la llamada. Al mirar la pantalla, vio el nombre de una compañera de trabajo del restaurante, una amiga en la que confiaba.
Lo nuevo está en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c♡𝓂 con nuevas entregas
Sin pensarlo dos veces, pulsó el botón de responder.
La urgencia se palpaba en la línea antes de que pudiera siquiera decir hola. «¡Shari! ¡El hermano de Harold se ha llevado a Elva!».
«¿Qué?». La conmoción la paralizó por un instante, pero la adrenalina rápidamente tomó el control. Se incorporó en la cama del hospital, con el pánico extendiéndose por su pecho.
Linsey sintió que su pulso se aceleraba, consciente de que algo grave estaba pasando. Una arruga de preocupación se formó en su frente mientras miraba fijamente a Shari y luego dirigía la mirada hacia Collin, con una tensión evidente.
La voz angustiada continuó al otro lado del teléfono: «Acaba de pasar. Harold está gravemente herido y necesita cuidados. Como no estabas, el hermano de Harold se ha llevado a Elva y se ha ido…».
—¿Walter se ha vuelto completamente loco? Elva solo tiene siete años y todavía no se encuentra bien. ¿Cómo se le ocurre hacerle pasar por algo así? ¿Qué demonios se le ha metido en la cabeza? —gritó Shari, con la voz llena de furia e incredulidad.
.
.
.