Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1071
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Capítulo 1071:
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Collin lo interrumpió con suavidad. «¿Hmm? ¿Qué eres qué?».
Jeffery se quedó paralizado, con las palabras atascadas en la garganta. Siempre había visto a Linsey como una hermana. Pero para ella, él no era exactamente familia. Ese pensamiento borró la alegría de su rostro.
Linsey tomó en silencio el informe de Jeffery, sus ojos escaneando brevemente su expresión. Podía leerlo fácilmente.
No tenía intención de decir nada, pero entonces recordó cómo Jeffery la había ayudado antes: corriendo con ella, ocupándose de los trámites del hospital, llevando los resultados de las pruebas de un sitio a otro.
Por cortesía, habló con suavidad. —Deberíamos darle las gracias a Jeffery. Me ayudó a ingresar a Shari y se ocupó de muchas cosas. No fue fácil.
Linsey hizo una pausa y luego añadió, medio en broma y medio en serio: —Sinceramente, después de todo lo que ha pasado, hoy deberíamos ser un poco más indulgentes con Jeffery.
Shari, tumbada en la cama del hospital, intervino de inmediato. —¡Exacto! Nos ha ayudado muchísimo. Lo digo en serio, te lo agradezco mucho». Le lanzó a Linsey una mirada llena de sincero agradecimiento. «Gracias a los dos, de verdad. Si no hubierais aparecido, me habría metido en un buen lío». Shari sabía muy bien que, sola, nunca habría podido hacer nada contra Harold. Sin su ayuda, la habría arrastrado de vuelta y probablemente habría pasado por algo aún peor.
Linsey volvió al lado de Shari y se sentó, sacudiendo suavemente la cabeza. —Shari, no tienes que darnos las gracias. Solo concéntrate en descansar y recuperar fuerzas.
Dicho esto, cogió el informe médico de Shari y comenzó a examinarlo con atención.
Jeffery intervino desde cerca. «El médico ha dicho que no es nada grave. Solo necesita un poco de descanso».
Al oír esto, Linsey finalmente se relajó y le dio a Jeffery un gesto de agradecimiento con la cabeza. «Gracias por cuidar de ella».
Jeffery no dijo nada en un primer momento. Pero Collin, que observaba desde un lado, notó algo nuevo en el tono de Linsey.
Se daba cuenta de que cualquier rencor que hubiera entre Linsey y Jeffery parecía haberse disipado. Aunque Collin no conocía toda la historia, los sentimientos de Linsey eran siempre su principal preocupación.
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Collin esbozó una pequeña sonrisa sincera. —Gracias, señor Lawson. Estamos en deuda con usted. Déjenos invitarle a cenar pronto.
Esas palabras solo parecieron hacer que Jeffery se sintiera más aislado, y su estado de ánimo decayó aún más.
Todos le daban las gracias y eso le hacía sentir como un extraño. Cuanto más pensaba Jeffery en todo aquello, más pesado se le hacía el ánimo. Desde que se había descubierto el verdadero pasado de Linsey, sentía la obligación de cuidar de ella.
Aun así, hiciera lo que hiciera, Linsey lo mantenía a distancia, sin verlo nunca como un hermano.
Esos pensamientos dejaron un sabor amargo en la boca de Jeffery, que apretó los labios y habló en voz baja. «No hace falta que me des las gracias. No ha sido nada, de verdad». Dicho esto, se dirigió hacia el sofá y se sentó, dejando claro que pensaba quedarse un rato.
—¿Has venido solo? ¿Qué hay de Alicia y tus padres? ¿Ya se han ido del restaurante? —preguntó Linsey con voz suave. Collin acercó otra silla, se sentó junto a Linsey y la miró, dándose cuenta de su preocupación.
Jeffery respondió con sinceridad: «Antes de irme, pedí a alguien que las llevara a casa. Las cosas se estaban descontrolando y no quería que Alicia se viera envuelta en el caos».
En algún momento de la conversación, Jeffery sintió una extraña sensación de equilibrio. Al fin y al cabo, Linsey no parecía verlo como su hermano, pero tampoco se mostraba más cercana con Myla y Cruz.
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