Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1018
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Capítulo 1018:
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Dolores asintió. «Está en el cajón del tocador de su habitación. Lo dejé allí esta mañana. Creo que anoche me quedé en la página siete, así que puedes seguir leyendo por ahí».
Dustin, que estaba cerca, escuchó la conversación y se dio cuenta de que se trataba de Zenia y Zander otra vez. Frunció ligeramente el ceño.
Zenia y Zander eran los hijos de Collin y Linsey, y su cuidado debía recaer en sus padres, no en Dolores. Al fin y al cabo, ella no era su niñera.
En ese fugaz instante, una oleada de frustración invadió a Dustin, imposible de ignorar. Las duras palabras de Hester del otro día resonaban sin cesar en su mente.
Mientras tanto, en la habitación del hospital, un pesado silencio se cernía en el aire. Los labios de Gorman esbozaron una leve sonrisa, pero sus ojos no mostraban ningún rastro de calidez.
Gorman mantuvo la mirada fija en Linsey, como si el mundo pudiera desaparecer a su alrededor y él siguiera aferrándose a ese momento.
—¿Sabes? Me hace feliz —dijo Gorman en un tono tan suave que casi se confundía con el silencio.
Sus palabras pillaron a Linsey desprevenida. Ella ladeó la cabeza y preguntó: «¿De qué estás hablando?».
Los ojos de Gorman se suavizaron mientras explicaba: «Es solo que… aprecio que sigas dispuesta a estar a solas conmigo. Significa que no has llegado a odiarme, no de verdad».
Los labios de Linsey se curvaron en una suave sonrisa al oírlo. —Si quieres saber la verdad, siempre has sido importante para mí. Si no hubieras hecho esas cosas después de volver a Grester, seguiría considerándote un buen amigo. No he olvidado lo mucho que me ayudaste.
Después de un momento, bajó la mirada. «Quizá deberías darte por afortunado de que Zenia no sufriera ningún daño permanente por tus planes. De hecho, ella todavía te considera un amigo, ¿sabes?».
Gorman no dijo nada, su silencio se prolongó mientras la observaba, paciente y sin prisa.
De repente, algo pareció despertar en la memoria de Linsey. —Ah, antes de que se me olvide, siempre supe que Zenia te llamaba papá cuando no había nadie alrededor. Eso no debería volver a pasar. Ella ya tiene un padre.
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Eso lo sorprendió por un segundo. Gorman parpadeó, con una expresión de sorpresa en el rostro. —¿Lo sabías?
Linsey lo miró a los ojos y asintió en silencio. —Lo sabía desde el principio —dijo, sin una pizca de duda en su voz.
El recuerdo debió de parecerle divertido, porque soltó una risita. —Dime, Gorman, ¿de verdad creías que significabas más para Zenia que yo?
Solo entonces comprendió lo que había pasado y soltó una carcajada sincera. —Así que Zenia te lo confesó todo.
—Por eso nunca he dudado de que mis hijos son sinceros conmigo. Aun así, debo admitir que fuiste muy inteligente al atraerlos y enviarlos a Collin por tu cuenta —dijo Linsey con tono tranquilo y palabras que denotaban un orgullo silencioso.
Nadie podría haber imaginado que Gorman llegaría tan lejos como para comprar a Caylee, y esa decisión la tomó completamente por sorpresa.
Como resultado, tomó la difícil decisión de despedir a Caylee, aunque antes de hacerlo, Linsey le deslizó suficiente dinero para asegurarse de que la abuela de Caylee pudiera seguir adelante con la operación que necesitaba.
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