Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 1008
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Capítulo 1008:
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Linsey abrió la caja y encontró una pulsera de diamantes, sencilla pero elegante. Reconoció la marca inmediatamente: era un artículo de lujo, y además el último modelo, lo que lo convertía en un regalo poco común. La generosidad de Joanne era evidente.
«Gracias», dijo Linsey en voz baja, con los sentimientos revueltos. Lo que más le desconcertaba era que Joanne, que apenas conocía a nadie en la sala, hubiera decidido hacerle un regalo solo a ella.
Dolores se quedó paralizada por la sorpresa. Al cabo de un momento, se dio cuenta de que sus suposiciones anteriores eran erróneas. El verdadero objetivo de Joanne era Linsey, no Collin.
Por un instante, Dolores incluso se preguntó si Joanne estaba tratando de desafiarla a propósito.
Primero, Joanne había conseguido utilizar a Hester para alejar a Dustin de ella. Ahora, parecía centrada en llamar la atención de Linsey.
Dolores intentó apartar ese pensamiento, que le parecía tan tonto como frustrante. Aun así, se esforzaba por comprender lo que Joanne realmente quería.
No tenía sentido. Joanne apenas conocía a Gorman, pero se había unido a ellos ayer y había vuelto a aparecer hoy, aparentemente por voluntad propia. Para cualquiera que lo observara, era obvio que el motivo principal de su visita era darle a Linsey esa pulsera.
Joanne solía ser muy amiga de Haven, y como a Haven no le gustaba Linsey, no tenía sentido que Joanne se desviviera por ella.
Si su objetivo era casarse con alguien de una familia rica, habría tenido más sentido acercarse a Hester. Con el apoyo de Hester, Joanne podría haberse casado con Dustin. O, si quería ser la esposa del fundador de CR Corporation, debería haber centrado sus esfuerzos en Collin.
Cuanto más lo pensaba Dolores, más confundida se sentía. Le dolía la cabeza mientras intentaba entender las intenciones de Joanne.
—De nada. Me alegro de que te guste —dijo Joanne con una sonrisa amable. Su actitud seguía siendo tranquila y amistosa, como si no notara la tensión en la habitación.
Se volvió hacia Gorman y añadió: —Señor Green, le he dejado los suplementos, así que le dejo descansar.
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Linsey y Dolores se miraron sorprendidas. Ninguna de las dos esperaba que Joanne se marchara tan rápido.
Parecía que la única razón por la que Joanne había venido era para dejarle unos suplementos a Gorman y llevarle un regalo a Linsey.
Linsey apretó los labios y miró a Dolores con aire pensativo. En silencio, se levantó y dijo: «Déjeme acompañarla». A pesar de haber visto a Joanne varias veces, Linsey aún no había averiguado qué era lo que realmente quería.
Creía que pasando un poco más de tiempo con Joanne, tal vez podría atar cabos. A Linsey nunca le gustaba sentirse insegura. Siempre que tenía dudas, buscaba respuestas.
El rostro de Joanne se iluminó al oír la propuesta. «Me encantaría».
Dustin, que había estado observando en silencio, salió también al pasillo e hizo un gesto a sus dos ayudantes para que se unieran a ellos. Tenía pensado vigilar de cerca a Joanne hasta estar seguro de sus intenciones. Si le pasaba algo a Linsey, tendría que dar explicaciones a Collin, y no estaba dispuesto a correr ese riesgo.
Joanne no pareció inmutarse por la compañía adicional. Tan pronto como salieron, deslizó su mano suavemente alrededor de la muñeca de Linsey. «Linsey, ¿te importa si te llamo así?».
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