Mi asistente, mi misteriosa esposa - Capítulo 1399
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1399:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Por fin apareció una respuesta: «¿Podemos agregarnos en WhatsApp?».
«Podemos hacerlo cuando nos veamos», respondió Eileen, intuyendo que algo no estaba bien: el tono no coincidía con la forma en que Colby solía hablar.
Colby era el tipo de persona que insistía en quedar en persona justo después de los primeros mensajes. Nunca dudaba cuando alguien le sugería quedar.
Una vez que Eileen envió su respuesta, no hubo respuesta por parte del otro.
Frustrada, Eileen dejó el teléfono a un lado y se dirigió a la cocina para buscar algo de comer.
Ruby ya había preparado la cena y mencionó casualmente: «Cuando visité los suburbios del este la última vez, tanto tu abuela como Bryan estaban disfrutando de vivir allí. Dijeron que no planean volver por un tiempo, pero que definitivamente regresarán una vez que nazca el bebé. Solo faltan unos meses para que nazca el bebé, así que se merecen disfrutar por ahora».
«Eso es genial», respondió Eileen, sorprendida de que Leyla se hubiera encariñado tanto con Stella.
Con el tiempo, creía que la relación entre Leyla y Stella podría convertirse en una verdadera amistad en lugar de limitarse a una misión compartida de mantenerse al margen de los asuntos personales de ella y Bryan.
En ese momento, el teléfono de Eileen vibró con un nuevo mensaje.
La pantalla se iluminó, revelando un mensaje de texto de Colby: «Quedemos en la cafetería mañana a las 8 de la mañana».
Antes de que Eileen pudiera reaccionar, Bryan le arrebató el teléfono, frunciendo el ceño mientras leía el mensaje.
Le lanzó una mirada acusadora. Así que su esposa planeaba encontrarse con otro hombre, y él acababa de pillarla in fraganti.
Un destello de inquietud pinchó la conciencia de Eileen, pero rápidamente lo enmascaró con un aire de indiferencia. Recuperó su teléfono y escribió una respuesta casual, negándose a encogerse bajo la intensa mirada de Bryan.
«¿Sabes siquiera con quién me voy a encontrar?», le preguntó a Bryan.
Bryan se inclinó hacia delante, apoyando los codos en la mesa. «¿Estás viendo a otro hombre?».
Ruby, intuyendo una discusión inminente, había agarrado sabiamente a Gabriela y abandonado la escena.
«Voy a reunirme con Colby», respondió Eileen, tratando de desviar el interrogatorio de Bryan.
Bryan ignoró su respuesta. «¿Vas a dejarme plantada?».
«Colby ha desaparecido, Bryan», explicó Eileen, sintiéndose resignada.
«¿Desaparecido?», repitió Bryan, con un tono cortante.
Eileen parpadeó. Los celos descarados en la voz de Bryan eran escalofriantes.
—Y además —añadió, tratando de recuperar el control de la conversación—, es obvio que la persona con la que me voy a reunir finge ser Colby.
—Mañana iré contigo a reunirme con esta persona —declaró Bryan con rotundidad.
Sabía que dondequiera que Lydia estuviera involucrada, los problemas estaban asegurados.
La familia Deleon era una enredada red de secretos y mentiras, aunque en apariencia estuvieran planeando encontrarle una esposa a Colby. El inconstante clima primaveral había dado un giro de la noche a la mañana, el aire matutino era cortante con un frío inesperado.
Eileen llegó a la cafetería con una hora de antelación. No se sentó en la mesa donde había quedado con la persona. En su lugar, eligió otra, colocando su chaqueta ligera en el respaldo de la silla.
.
.
.