Mi asistente, mi misteriosa esposa - Capítulo 1350
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Capítulo 1350:
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Eileen estaba confundida. «¿No te prometí comprarte una muñeca para tu cumpleaños?».
«Cómprala ahora». Gabriela señaló la tarjeta que tenía Eileen en la mano. «Es mi dinero».
Eileen bajó la mirada, aún más desconcertada. «Tu dinero aún no se ha depositado. El dinero de esta tarjeta sigue siendo mi dinero».
Gabriela negó con la cabeza y respondió: «No, en el futuro, todo será mi dinero. ¡Cómprala ahora!».
Eileen se quedó sin habla por un momento. Finalmente comprendió que la astuta Gabriela no solo se había quedado con su propio dinero, sino que también se había tomado en serio sus palabras, reclamando su futura herencia.
«Aún eres joven y no puedes tomar decisiones financieras. Tienes que escucharme ahora. Cuando seas mayor, podrás decidir por ti misma». Eileen extendió la mano. —Ahora, dame tu dinero. Lo guardaré para ti, y cuando seas mayor, podrás decidir cómo usarlo.
Su paciencia se estaba agotando y su voz se volvió severa. Gabriela bajó la cabeza, mirando a regañadientes el dinero de su bolso. Su pequeña mano se cernía sobre él.
Finalmente, Gabriela le entregó el bolso a Eileen y se tumbó en la cama, con el cuerpo languideciendo en un estado de desesperación. Eileen guardó cuidadosamente todo el dinero del bolso de Gabriela. Al ver la expresión hosca de Gabriela, le dijo con suavidad: «Mañana te llevaré al banco para depositar el dinero y luego te daré la tarjeta bancaria. ¿De acuerdo?».
—De acuerdo —asintió Gabriela, aunque su voz carecía de entusiasmo.
No entendía el valor de una tarjeta.
A la mañana siguiente, Eileen llevó a Gabriela a un banco cercano para abrir una nueva cuenta y depositó el dinero mientras Gabriela observaba.
—Ahora te llevaré al supermercado para comprar algunos aperitivos con la tarjeta. Verás que esta tarjeta es tan buena como el dinero en efectivo —explicó Eileen.
Le entregó la tarjeta a Gabriela y la llevó fuera del banco, dirigiéndose directamente a un supermercado cercano. Allí, compraron las galletas de chocolate favoritas de Gabriela usando la tarjeta. Al ver que la tarjeta podía utilizarse para comprar cosas, Gabriela se llenó de alegría y se guardó la tarjeta en el bolsillo con cuidado.
Al salir del supermercado, Eileen vio una figura familiar en la esquina.
Milford acompañaba a un hombre que estaba usando un cajero automático.
Había pasado casi medio año desde que Milford salió de la cárcel. Su pelo, que antes llevaba rapado, había crecido y ahora iba vestido con pulcritud.
Su rostro juvenil había adquirido un aspecto más maduro, y sus ojos mostraban una frialdad que hablaba de haber soportado muchas dificultades.
Milford estaba concentrado en observar al hombre y no se dio cuenta de que Eileen estaba de pie fuera del banco.
Eileen observó a Milford por un momento, luego acompañó a Gabriela de vuelta al coche, mirándolo a través de la ventanilla.
El hombre terminó de usar el cajero automático, metiéndose un grueso fajo de billetes en el bolsillo y entregando un fajo a Milford.
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Nota de Tac-K: Ánimos en su inicio de semana lindas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (˵ •̀ ᴗ – ˵ ) ✧
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