Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 915
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Capítulo 915:
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Pero, ¿cómo la había tratado él en aquel entonces?
Colton recordaba haberle dicho: «Allison, ¿puedes alejarte de mí? Tu sonrisa realmente me molesta». Pero eso no era cierto. La sonrisa de Allison siempre había sido tan brillante como un día de primavera. Podía hacer que su corazón se acelerara.
Sin embargo, en aquel entonces, Colton la había herido con sus palabras una y otra vez, aunque nunca fue su intención. Había creído que ella lo amaba tanto que nunca lo dejaría.
Las lágrimas comenzaron a resbalar por el rostro de Colton. El paramédico preguntó rápidamente: «¿Puedes oírme? ¿Tienes algún familiar con quien debamos contactar?».
Con gran esfuerzo, Colton sacó su teléfono del bolsillo. Pero sus manos estaban demasiado débiles para sostenerlo. Se le resbaló de los dedos y cayó al suelo con un estruendo. El personal lo recogió y lo desbloqueó con su huella dactilar.
«Aquí hay un contacto de emergencia. Parece que es su esposa».
«¡Llámala!».
Los paramédicos marcaron el número y esperaron, pero no hubo respuesta.
Uno de ellos murmuró: «¿Por qué no contesta nadie?».
«Esto se está poniendo problemático», dijo otro.
Colton yacía en la camilla, con un fuerte dolor en el pecho. En ese momento, se dio cuenta de que realmente no tenía a nadie con él. La pérdida de sangre era demasiado grande y su conciencia comenzó a desvanecerse.
Quizás este era su castigo. Si moría, ¿Allison derramaría siquiera una sola lágrima por él?
En lo profundo de la espesa jungla, Allison y Kellan habían guiado a su equipo hasta las afueras de Fleeingland.
«¡Mierda! El neumático va a reventar. ¡Tenemos que salir ahora!», gritó el conductor, luchando por controlar el coche. A pesar de sus esfuerzos, se estrelló contra un árbol enorme.
¡Bang!
La puerta del coche se arrancó, pero el vehículo siguió avanzando a toda velocidad. Allison se agarró al asiento con la mano, pero aun así salió despedida del coche.
—¡Allison!
Kellan la agarró de la mano y juntos cayeron del coche. Rodaron varias veces por el suelo.
Allison acabó en los brazos de Kellan. Sintió su mano presionando suavemente la parte posterior de su cabeza, como si la protegiera. Él gimió en silencio, como si algo le hubiera golpeado.
No solo Kellan había sido sorprendido por una roca, sino también Allison. Finalmente se estrellaron contra una enorme roca.
El brazo de Kellan recibió un fuerte golpe, probablemente una fractura. Pero no parecía importarle. Tropezó y miró a Allison.
«Allison, ¿estás bien?».
«Sí… No te preocupes por mí». Allison trató de consolarlo, como siempre hacía.
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