Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 914
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Capítulo 914:
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«Tienes razón. ¡Tenemos que encontrarlo!», asintió el primer oficial.
Al poco tiempo, la policía y el ejército abrieron varias furgonetas aparcadas cerca, revelando a varios investigadores y sujetos de prueba aterrorizados en su interior. Una vez que los sacaron, el equipo comenzó sus esfuerzos de búsqueda y rescate. Pero todos sabían que las posibilidades de encontrar supervivientes en el instituto de investigación eran escasas.
«¿De qué sirve buscar?», murmuró alguien.
«Echemos un vistazo rápido, por si acaso queda algo de valor», sugirió un oficial.
«Incluso si encontramos algo, hay que entregarlo», respondió el otro.
Mientras los dos experimentados agentes murmuraban entre sí, de repente oyeron un ruido procedente de debajo de una losa cercana.
«Oye, ¿has oído eso?», preguntó uno de ellos.
«Yo lo he oído», respondió el otro.
Cuando movieron la losa, encontraron a un superviviente escondido debajo.
«¡Eh, eh! ¿Dónde está la ambulancia? ¡Traed una camilla aquí, rápido!», gritaron.
El personal médico acudió rápidamente al lugar y evaluó el estado de Colton.
«Parece que tiene las vías respiratorias quemadas y tiene algunos huesos rotos. ¡Llevadlo al hospital de inmediato!», ordenó el médico.
Después de que se llevaran a Colton, los dos agentes se quedaron de pie, desconcertados.
«¿Cómo ha sobrevivido? ¿Dónde se escondía?», se preguntó uno de ellos en voz alta.
Finalmente, se enteraron de que Colton había sobrevivido porque había estado en una sección bien equipada del edificio. Incluso había un sistema de ventilación completo que le suministraba oxígeno. Aunque estaba gravemente herido, había logrado mantenerse con vida.
«¿Dónde estoy?», susurró Colton mientras yacía en la ambulancia de camino al hospital. Su cuerpo estaba en agonía y, a través de la niebla en su mente, los recuerdos comenzaron a resurgir.
Recordó que intentaba salir del laboratorio cuando, de repente, alguien cerró la puerta tras él. En su pánico, había intentado pedir ayuda. Pero fue entonces cuando vio a la investigadora llamada Alice, solo para darse cuenta de que en realidad era Allison disfrazada. Estaba conversando con Kellan. Fue entonces cuando Colton comprendió que no había sido más que un peón en el plan de Allison. Había utilizado la identidad de Alice para manipularlo. La cabeza de Colton latía con fuerza mientras los dolorosos recuerdos volvían a él.
Desde el momento en que puso un pie en el laboratorio, Allison había estado conspirando cuidadosamente contra él.
«Esto es el hospital. ¡Mantente despierto! ¡Piensa en la gente que se preocupa por ti!», gritó con urgencia un paramédico a su lado. «¡Señor, no cierre los ojos! ¡Manténgase despierto!». La ambulancia estaba llena del penetrante olor a desinfectante. Fue como una brutal sacudida para sus sentidos, que lo devolvió a la realidad y dispersó sus pensamientos. ¿Gente que se preocupaba por él?
Colton miró fijamente al techo. Por un momento, su mente se desvió hacia Allison.
Cuando se casaron, ella le sonreía cálidamente y le decía: «Debes de estar agotado. Te he hecho sopa». Hacía todo lo que una buena esposa debe hacer: cocinar, limpiar y estar a su lado cuando estaba enfermo.
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