Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 802
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Capítulo 802:
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Al oír sus palabras, la furia de Colton pareció encenderse. Su expresión se ensombreció, una tormenta se arremolinaba en sus ojos mientras la agarraba por los hombros.
«Melany, ¿cómo has podido ser tan despiadada como para mandar a Devin a por Allison?».
El recuerdo del escaso margen de seguridad de Allison estaba grabado en su mente. Si Kellan no hubiera llegado justo a tiempo, ella habría caído en picado en una cuba de aceite hirviendo.
Melany jadeaba por aire, luchando bajo su firme agarre. «Suéltame… suéltame…»
Su rostro se sonrojó profundamente. El hombre que conocía, ahora ante ella, era irreconocible: peligroso y aterrador. Sus manos se apretaron, sus intenciones eran claras y aterradoras. Colton siempre había sido amable, nunca había recurrido a la violencia. Pero ahora, Melany se dio cuenta de que necesitaba calmar este momento explosivo. Si no lo hacía, su vida como la señora Stevens podría desmoronarse.
«Lo sé… No puedo compararme con Allison. Tengo riqueza, pero es solitario estar en la cima. Mis compañeros me rechazaban, los llamados amigos me atormentaban. Tú fuiste el único faro en mi mundo sombrío…».
El agarre de Colton seguía siendo inflexible, sus ojos un tumulto de furia. Atrás quedó la gentil preocupación que una vez suavizó su mirada.
Las lágrimas de Melany caían libremente, cada gota cargada de desesperación. «Nadie me ha mostrado nunca la amabilidad genuina que tú tienes. Aterrorizada por perderte, recurrí a medidas desesperadas cuando volví a casa».
Sus sollozos se hicieron más fuertes, cada respiración una lucha.
«Colton, eres todo lo que me queda».
Al oír sus palabras, el disgusto de Colton aumentó y finalmente la dejó ir.
«Melany, ¡ya no puedo discernir la verdad en tus palabras!». Su mente se remontó a los tiempos con Allison. Allison, a diferencia de Melany, nunca se aferraba a frases como «Eres la única que tengo».
Esta reflexión profundizó su melancolía. Allison, el alma gentil que una vez había ignorado, se había alejado lentamente de él, sin apoyarse nunca en él. Solo después de su divorcio se dio cuenta de que sus intereses eran diversos: patinaje, pintura, cerámica, diseño… A pesar de su indiferencia, Allison había prosperado, creciendo firme como un majestuoso roble. Sin embargo, estaba atrapado en el pasado.
Melany, por otro lado, trajo algo nuevo. Ella le hizo sentir esencial, como su héroe personal. Disfrutó tanto de este sentimiento que incluso se dejó cegar por él. Al final, vio la verdad, pero ya era demasiado tarde.
«Se acabó. Vamos a divorciarnos».
Con estas últimas palabras, Colton se dio la vuelta para irse.
Melany sintió como si la tierra se le hubiera escapado de debajo de los pies al escuchar su decisión. Al recordar su reciente escapada imprudente, se dio cuenta de que le quedaba una última carta por jugar.
—Colton, puedes divorciarte de mí, pero ¿qué pasa con el bebé? —Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras agarraba su manga—. ¿Quieres que nuestro hijo crezca sin un padre?
Colton se puso rígido, con la voz tensa. —¿Qué has dicho?
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