Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 784
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 784:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
El caos llamó rápidamente la atención del padre de Fiona, Josh Smith, que finalmente entró en el salón de banquetes, con la mirada perdida en el desastre.
«¿Qué está pasando aquí?», preguntó, al darse cuenta de que los invitados ya estaban saliendo.
«Lo siento, Sr. Smith. No nos hemos manejado bien. El Sr. Shaw tuvo un desacuerdo con la Srta. Smith por su acompañante», explicó un camarero, relatando los hechos en detalle.
El rostro de Josh se oscureció de furia.
«Fiona, a mi oficina. ¡Ahora!», espetó, y luego se volvió hacia el camarero con voz firme. «Haz que los invitados se calmen y diles que nuestro banquete comenzará pronto. ¡Haz lo que sea necesario para mantenerlos aquí!».
«Sí, señor Smith».
En la oficina, los restos de la ira de Fiona flotaban densos en el aire. Su mirada era letal, como si estuviera a punto de matar a Allison en cualquier momento.
Josh frunció el ceño profundamente y rompió el silencio con una pregunta. «¿Te das cuenta de qué día es hoy?».
«Sí, el banquete trienal», espetó Fiona, con voz llena de desdén. «¡Pero no puedo quedarme de brazos cruzados cuando ella está aquí! ¡Su presencia influirá en los invitados y empañará nuestra empresa!».
De repente, la paciencia de Josh se agotó; su mano golpeó con fuerza la mejilla de Fiona. La bofetada resonó ominosamente, más dura que cualquier cosa que los compinches de Verruckt se hubieran atrevido a hacer.
«¡Ay!», se quejó Fiona, con los ojos muy abiertos por la sorpresa y el dolor. «¡Papá, me has pegado!».
La voz de Josh era gélida mientras la reprendía. «He perdido la cuenta de las veces que te he dicho que te alejes de Verruckt, ¡y aquí estamos otra vez!».
«¡Es que no lo entiendes, papá!». La respuesta de Fiona fue rápida, con la mejilla todavía roja. Se frotó la mejilla que le ardía, con la voz teñida de amargura. «Verruckt es un hombre decente e inteligente, digno de mí. Solo que esa mujer le ha engañado, eso es todo».
Sus palabras estaban llenas de veneno, alimentadas por los celos que bullían en su interior. Fiona envidiaba a Allison, que había capturado el afecto de Verruckt, sus besos. La idea de un mundo en el que pudiera simplemente borrar a Allison y ocupar su lugar la consumía.
El rostro de Josh se volvió más frío al escuchar los delirios de su hija. Sabía que hablar era inútil.
—Enciérrala en el piso de arriba —ordenó con voz cansada—. Y no se vaya sin mi permiso.
Apenas había hablado cuando aparecieron dos robustas criadas, que cogieron a Fiona por los brazos y la acompañaron hasta la salida. El viejo mayordomo vio cómo el estado de ánimo de Josh se ensombrecía aún más y se aventuró a decir con cautela: —Josh, no te preocupes demasiado. Con la edad se le pasará.
.
.
.