Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 746
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Capítulo 746:
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Con la cámara vigilando, Allison se empeñó en llamar a Kellan. Hablaba como si estuviera pensando en voz alta. «Sí, he llegado. No tienes que preocuparte por mí».
Kellan captó su tono de inmediato. «Allison, ¿te resulta difícil hablar abiertamente allí?».
«Así es», respondió con suavidad. «Acabo de llegar a la nueva residencia, y la vista aquí es absolutamente impresionante».
«¿Hay muchas cámaras por aquí?», preguntó directamente.
«Solo estoy yo aquí», dijo ella, con tono ligero. «Pero sí, hay una cámara, así que es muy seguro. Tengo pensado salir a hacer la compra pronto».
Echó un vistazo rápido a la cámara parpadeante. «Y también parece que hay guardias de seguridad en el vecindario. Los vi desde el coche antes».
—Entiendo —respondió Kellan, captando de inmediato lo que quería decir. Ahora entendía que había una cámara a su alrededor y personal de seguridad patrullando el vecindario. Sin embargo, la ubicación exacta de Allison seguía sin estar clara. Empezó a analizar la zona alrededor de la propiedad de Verruckt, utilizando mapas en línea para localizar posibles puntos de control de seguridad.
—Ir de compras puede ser complicado para ti —dijo—. ¿Quieres que te envíe algo?
—No, no hace falta —respondió Allison—. El Sr. Williamson también se ofreció, pero lo rechacé. Prefiero ir yo misma.
El tono de Allison se mantuvo informal mientras tomaba notas mentales de la distribución del apartamento. —De hecho, he estado pensando en probar un vino nuevo.
Pero si bebo demasiado, podría quedarme dormida, así que solo tomaré una copa pequeña.
Kellan captó inmediatamente el mensaje y lo entendió sin dudar. Se volvió hacia Gordon, que estaba cerca, y dijo: «Necesita un sedante y una botella de vino».
Gordon asintió rápidamente. «Entendido. Me encargaré de ello».
Kellan continuó la conversación. «Allison, el sedante y el vino están solucionados. Si necesitas algo más, no dudes en llamarme».
«Entendido», respondió ella con calma. Estaba segura de que ellos tendrían todo arreglado por su parte.
Cuando terminó la llamada, la luz roja de la cámara parpadeó, como si alguien la hubiera apagado deliberadamente. Se dio cuenta de que había pasado temporalmente su escrutinio. Una vez fuera, Allison activó su auricular. «¿Dónde está el restaurante?», preguntó en voz baja.
—Ve hacia el este —respondió Gordon, con los dedos volando por el teclado—. Hay un lugar de cinco estrellas llamado Maple Tree Restaurant.
Allison caminó con confianza, como si hubiera planeado visitar el restaurante desde el principio. Cuando el letrero apareció a la vista, la voz de Gordon volvió a interrumpirla. —Toma la calle lateral hasta la entrada trasera. Todo está listo.
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