Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 719
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 719:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
El investigador chismoso suspiró una vez más. «Probablemente no debería haber dicho nada sobre el incidente del sótano, pero… pareces tan lamentable que no pude evitarlo».
Hizo una pausa y luego comenzó a relatar los detalles, hablando con cierto regodeo.
«No hace mucho, en la sala de descanso, muchas personas presenciaron cómo el Sr. Shaw le pedía a Alice que se desnudara. Incluso llegó a intimar con ella. Y luego hizo una excepción y la llevó a su oficina…». Continuó, detallando todo con una claridad inquietante.
Incluso pintó la escena de la incomodidad de Alice, describiendo la expresión de su rostro cuando se vio obligada a quitarse la camisa.
«Así que es eso».
La expresión de Kellan no cambió, pero su ira hervía bajo la superficie, casi imposible de contener.
La necesidad de matar a Verruckt se intensificó en su interior.
A pesar de la calma en su rostro, la tensión en la habitación se hizo más intensa y los que lo rodeaban dieron un paso atrás instintivamente. La presión opresiva era palpable.
El investigador que había compartido el chisme sintió una ola de ansiedad incómoda que lo invadió, como si estuviera al borde de algo peligroso, inseguro de lo cerca que estaba de cometer un error fatal.
Pero ignoró la sensación y le dio a Kellan una palmada ligera y amistosa en el hombro.
—No te lo tomes a pecho. Después de todo, estás en Devil Island. Nadie se atreve a meterse con el jefe aquí.
Sus palabras pretendían tranquilizar, pero su mirada se dirigió nerviosamente al exterior, como si se asegurara de que nadie estaba escuchando.
—Había un tipo que se metió con el…
—Jefe, un ejecutivo de Farmacéuticas Inmortalidad. Ese tipo terminó desapareciendo sin dejar rastro…
Las palabras quedaron flotando en el aire y un pesado silencio se apoderó de la sala, ya que el tema era tabú.
Los otros investigadores se movieron incómodos, con la mirada fija en Kellan, inseguros de lo que podría hacer. Rápidamente intentaron sacarlo. «Deberías irte. No dejes que esto te afecte. Tenemos que volver al trabajo».
Kellan asintió sin decir palabra, con el rostro impasible. Se dio la vuelta y se fue, sus pasos resonando en el tranquilo vestíbulo. Mientras se alejaba, pudo oír débilmente a la gente susurrando detrás de él.
—¿Por qué le contaste todo eso? ¿Y si se lo cuenta a alguien?
—No importa. Si no puede olvidarse de Alice, no estará por aquí mucho más tiempo.
—Sí, es verdad.
Los pensamientos de Kellan se oscurecieron. ¿Quién no estaría por mucho más tiempo, él o Verruckt?
.
.
.