Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 700
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 700:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Verruckt siguió su mirada hasta su ropa, que de hecho tenía marcas de manchas de café oscuro.
Jareth dejó escapar un suspiro de alivio, y su tensión disminuyó cuando preguntó: «¿Dijiste que rompiste el microondas?».
«Sí», respondió Allison, mordiéndose el labio. Señaló la cafetera, con el rostro enrojecido por la vergüenza. «No sabía cómo usarlo, pero quería café caliente. Así que puse la lata en el microondas, y entonces… explotó».
Jareth se frotó las sienes, con la frustración evidente en su voz. —¿No deberías haber estado en tu puesto de trabajo en el segundo sótano? ¿Por qué estabas en la sala de descanso en el primer sótano?
Allison lo miró, con los ojos muy abiertos y suplicantes. —Sr. Williamson, usted dijo que había especímenes de laboratorio espeluznantes en el segundo sótano. Me dijo que podía quedarme en el primer nivel cuando el Sr. Shaw no estuviera.
Jareth se quedó paralizado, con la mente volviendo a los recuerdos de ese mismo día. En el caos de todo lo que había sucedido, se había olvidado de ese detalle en particular.
Al ver su atónito silencio, Allison explicó con un toque de dolor en su tono: «¿Y no hay vigilancia? Puedes comprobar las imágenes. Me lo dijiste esta mañana, justo delante del ascensor. De verdad que no estoy mintiendo».
Cuando el personal de seguridad empezó a salir, Jareth les pidió que se detuvieran. «Esperen».
Su mirada se dirigió nerviosamente a Verruckt, y su voz se convirtió en un susurro. «Sr. Shaw, ahora lo recuerdo. Eso es lo que dije. Pero… eso es porque Alice sabe lo de la sala de control central en el segundo sótano, y yo estaba preocupado…». Le cortaron antes de que pudiera terminar.
—Espera. Que alguien compruebe las imágenes de vigilancia de la sala de descanso durante ese tiempo.
—Sí, señor.
Jareth sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral. El castigo parecía inevitable ahora.
Verruckt volvió a bajar la mirada, entrecerrando los ojos mientras se detenía en la herida grabada en el brazo de Allison. Parecía bastante plausible: una herida infligida por la metralla de una lata de café que explotó.
—Entonces, ¿tú eres la que provocó ese pequeño espectáculo de fuegos artificiales en la sala de descanso? —preguntó, con una voz que atravesó el silencio como la hoja de una guillotina. Su mano se lanzó hacia delante, agarrando firmemente su barbilla e inclinando su rostro hacia arriba, arrastrándola más cerca de la órbita de sus penetrantes ojos rojo sangre.
Desde su posición ventajosa, los ojos de Allison brillaban con una claridad tan prístina que rayaba en la ingenuidad, una ventana que parecía desnudar su alma. Para cualquiera, esos ojos podrían ser el retrato de la inocencia, y nadie sospecharía que unas ventanas tan angelicales pudieran ocultar algo tan frío, tan calculador.
Pero la mirada de Verruckt profundizaba, buscando las sombras donde un asesino podría esconderse.
.
.
.
Nota de Tac-K: Linda mañana para todas ustedes lindas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
.