Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 693
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 693:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Verruckt se levantó de la silla, con los ojos clavados en ella como un lobo preparándose para matar.
—Aquí hay secretos, en efecto —dijo—. Pero ninguno que vivas para compartir.
Antes de que pudiera reaccionar, lanzó otro ataque con toda su fuerza. La carga fue repentina, deslumbrantemente rápida, mucho más allá de cualquier cosa que hubiera presenciado hasta ahora.
Allison apenas tuvo tiempo de moverse antes de que su mano se aferrara a su muñeca. Al momento siguiente, su espalda se estrelló contra la pared fría e inquebrantable, y el impacto le robó el aire de los pulmones.
—Tus habilidades de combate son… impresionantes —murmuró Verruckt, acercándose.
Su agarre se apretó alrededor de su cuello, cortándole la respiración. «Si esto hubiera ocurrido hace tres años, podrías haber tenido alguna oportunidad. ¿Pero ahora? Si no empiezas a hablar, te prometo que morirás por mi mano, de una manera que evitarías desesperadamente incluso en tus sueños más salvajes». Había algo desquiciado en su voz, una excitación que rayaba en la alegría sádica.
Allison pudo verlo en sus ojos: la misma emoción maníaca que había sentido años atrás cuando luchaba contra el sujeto 001. Ansiaba hacer pedazos a la mujer que tenía delante.
Para él, esto era tan estimulante como personal.
El dolor floreció en su pecho cuando una costilla se partió bajo su implacable agarre. Contuvo un grito, obligándose a reír, un sonido desafiante y entrecortado. —Está bien —gruñó—. Hablaré. Pero su mente estaba acelerada, calculando. Aún no estaba lista para rendirse. Estancarse era su única opción.
Mientras luchaba contra él, sus ojos se dirigieron al pequeño frasco con forma de tubo de ensayo que colgaba de su cintura. Brillaba bajo las duras luces del laboratorio, y su contenido se movía con sus movimientos.
Seguramente, ese frasco contenía el suero más preciado o algo que se utilizaría de forma inminente.
Algunos recuerdos fragmentados volvieron a ella: el archivo de datos del sujeto 75, las frenéticas advertencias de Lilian, la abrupta salida de Verruckt de la sala de conferencias. Todo encajó. El frasco no era un suero cualquiera. Era el BUGPOT.
Enmascaró su descubrimiento con una sonrisa pícara. —¿Quieres la verdad? —Bajó la voz, sensual y burlona—. Me enviaron aquí para seducirte. Te has convertido en todo un enigma, Sr. Shaw. Tanto es así que ciertas personas sienten curiosidad. Cuando me enteré de tu… repentino interés por una limpiadora, tuve que verlo por mí misma. Imagina mi sorpresa cuando, en cambio, me topé con este laboratorio.
Pero Verruckt se limitó a burlarse de sus palabras. «Tengo que decir que tu excusa es demasiado patética».
Sabía que alguien como ella no se rendiría tan fácilmente; solo estaba tratando de bajar la guardia.
Su mano presionó con más fuerza contra su garganta mientras hablaba, su voz llena de malicia e intención asesina. «Mi paciencia se está agotando. Dime, ¿quién te envió? ¿Fue alguien del Grupo Inmortalidad?».
.
.
.