Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 670
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Capítulo 670:
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Los ojos de Jareth recorrieron a Kellan, recordando la escena en el control de seguridad cuando este hombre había causado un alboroto. A sus ojos, Kellan no era más que una molestia, alguien a quien se podía descartar fácilmente. Pero sospechaba que Verruckt se había interesado por Alice, lo que significaba que Kellan podría convertirse en un obstáculo. Así que necesitaba encontrar una manera de separarlos.
En cuanto Allison pensó que podía irse, Jareth se dirigió de repente al supervisor de la primera planta. «El Sr. Shaw no ha quedado satisfecho con la limpieza de hoy en la primera planta. Quiero que vuelvan a revisarlo todo».
El supervisor, que había estado merodeando por allí, se puso tenso al oír mencionar a Verruckt. Su actitud pasó instantáneamente de la dejadez a la autoridad. Al ver a Kellan, que aún no se había ido, aprovechó la oportunidad.
—¡Tú, ahí! No vas a ninguna parte. ¡Ven conmigo para una nueva comprobación! —ladró.
La mayor parte del equipo de limpieza ya había fichado la salida, dejando a Kellan como la única persona disponible para encargarse de la tarea. Kellan se había quedado esperando a Allison, sin esperar verse envuelto en esta situación.
Molesto pero incapaz de negarse, Kellan soltó la mano de Allison a regañadientes.
«No te preocupes, cariño. Terminaré enseguida», le aseguró.
«Está bien», aceptó Allison, perfectamente consciente del juego que estaba jugando Jareth, pero fingió no darse cuenta de sus motivos ocultos. Simplemente no podía entender por qué parecía tan empeñado en aislarla.
Mientras salía a la noche, un elegante coche negro se acercó suavemente a la acera. La puerta trasera se abrió, revelando a Jareth sentado en el interior, con una expresión indescifrable.
—Alice, ¿puedo hablar contigo? Puedo llevarte a casa.
Allison dudó, sopesando sus opciones. Una mujer sola en un país extranjero sin contactos fiables ni alojamiento estable no rechazaría su oferta. Si lo hiciera, levantaría sospechas innecesarias.
—Entonces acepto su oferta —respondió ella, deslizándose en el asiento del pasajero con una sonrisa inocente bien ensayada—. Tengo curiosidad, ¿de qué quiere hablar, Sr. Williamson?
Jareth suspiró profundamente, sacudiendo la cabeza.
—Alice, ese tipo con el que estás no es lo suficientemente bueno para ti. De verdad, podría tenerlo atado en el instituto todas las noches si quisiera. Te mereces algo mejor.
El tono de Jareth era untuoso, lleno de intenciones ocultas.
—El Sr. Shaw se ha interesado mucho por ti, Alice. Si juegas bien tus cartas, podrías caerle bien. ¿Y quién sabe? Podrías hablar bien de mí también. Me aseguraré de que te cuiden bien a cambio.
Allison mantuvo la calma, aunque las implicaciones eran tan claras que fingir ignorancia habría sido inútil. Aun así, mantuvo una expresión de inocencia preocupada.
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