Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 659
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Capítulo 659:
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Fingiendo confusión, Allison ladeó la cabeza. «Claro, puedo hacerlo, pero ¿quién te dio exactamente el derecho a registrarme?».
Las palabras quedaron suspendidas en el aire, congelando la expresión de Rowan. La miró fijamente, como si estuviera sopesando su siguiente movimiento.
—Ja, no querrás que te envíe al laboratorio de al lado, ¿verdad? —dijo Rowan, con un deje cruel en la voz.
El laboratorio de al lado tenía una reputación que hacía temblar a cualquiera.
—No… No quiero eso —respondió Allison, parpadeando como si de repente se hubiera asustado. Con desgana, abrió las manos y añadió—: ¿Ves? Nada. Si quieres seguir buscando, adelante.
Rowan no era de los que no dejaban piedra sin remover. Pero después de que un minucioso registro no diera ningún resultado, la duda comenzó a hacerse presente. ¿Había estado imaginando cosas? ¿No había ocultado nada después de todo?
Se detuvo un momento, mirando a Allison, solo para encontrarla observándolo con una mirada inquebrantable.
«¿Qué estás mirando?», dijo Rowan con desdén, con voz llena de sarcasmo. «Solo porque no hayas escondido nada no significa que estés libre de sospecha. ¿La gente como tú? ¡Siempre tramando algo!».
Allison negó con la cabeza, recogiendo con indiferencia sus herramientas de limpieza.
«¿Puedo volver al trabajo? Aquí pagan bien y no quiero perderlo».
Rowan se tomó un momento para evaluarla, su mirada se detuvo en ella mientras se acercaba lentamente, un brillo malicioso parpadeaba en sus ojos.
«Una cosa tan bonita como tú… ¿te estás quedando sin dinero?».
Aunque estaba cubierta de polvo y despeinada, Rowan todavía podía decir que era bastante atractiva.
Allison percibió sus intenciones de inmediato. Ella hizo su papel, mirándolo con una vulnerabilidad fingida.
«¿De verdad crees que alguien me daría dinero solo por ser guapa?».
Rowan se inclinó, bajando la voz, y su tono se volvió sugerente. «Oh, definitivamente hay gente que lo haría».
Dio otro paso hacia ella, empujándola lentamente hacia el almacén.
—Te llamas Alice, ¿verdad? Si rompes con tu novio y te quedas conmigo, podría ofrecerte algo más que dinero. —Se humedeció los labios secos y esbozó una sonrisa.
Ya había jugado sus juegos con la mayoría de las limpiadoras. La mujer llamada Alice no sería diferente, pensó.
Allison, siguiendo el juego, se retiró más adentro de la habitación, fingiendo vacilar. «Pero… si mi novio se entera, me matará».
Parecía a punto de echarse a llorar, lo que no hizo más que aumentar la confianza de Rowan.
«Pero si no me das lo que quiero, yo seré quien te mate», gruñó Rowan, extendiendo la mano.
Justo cuando se disponía a agarrarla, Allison lo esquivó sin esfuerzo. ¿Era su imaginación o esta mujer aparentemente débil acababa de evitarlo con una agilidad sorprendente?
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