Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 648
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Capítulo 648:
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«Allison», preguntó con un tono casi juguetón, «¿siempre ha sido tan posesivo?».
Aunque intentó sonar despreocupado, un atisbo de celos y malestar se coló mientras ajustaba la cafetera. «Lo admito, tengo un poco de envidia de que te conociera tan pronto».
Allison levantó una ceja, divertida. —Sí, ha sido así desde la infancia. Pero no hay necesidad de preocuparse. Ahora que soy tu novia, lo que él piense no nos influye. Además, aunque experimenté mucho con él cuando éramos jóvenes, eso es cosa del pasado. A partir de ahora, estaremos juntos para afrontar lo que nos depare el futuro.
Ella le recorrió el pecho con el dedo, con los ojos brillantes. —Igual que Carole, que también es posesiva, y que te conoce desde que eras joven. Pero eso no influirá en tus sentimientos hacia mí, y no significa que ella sea más importante que yo en tu corazón.
Kellan hizo una pausa y su voz se convirtió en un murmullo. —Tienes razón. —Si no hubiera estado ocupado con el café, podría haberla besado.
Pero antes de que pudiera hacerlo, ella se puso de puntillas y apretó suavemente sus labios contra los de él.
—En Londres, esos bocetos que dibujé terminaron en tus manos. Y en el Concurso de Perfumería, ambos participamos de forma anónima. Podríamos haber…
«Quizá nos cruzamos sin saberlo», sonrió Allison, reflexionando sobre cómo sus caminos estaban destinados a cruzarse, volviendo la una a la otra. «Quizá nos conocíamos antes de conocernos de verdad».
El pensamiento suavizó algo en él. Tragó saliva, moviendo su nuez de Adán. «Tienes razón».
¿Y qué si Floyd la había conocido primero? Al final, era él quien ahora tenía la mano de Allison, y no tenía intención de soltarla nunca.
—En unos días, la tarjeta de acceso falsificada para el laboratorio de Fleeingland estará lista. —Allison se acomodó en el sofá, su expresión se volvió inusualmente seria cuando mencionó este tema. —¿Tienes alguna novedad? —preguntó, con un tono de voz que transmitía urgencia.
Kellan puso una humeante taza de café sobre la mesa frente a ella.
—He conseguido localizar al traficante del mercado negro. Se ha confirmado que los pendientes fueron sacados de contrabando de Fleeingland por una mujer llamada Lilian Reynard.
«Como sospechaba», murmuró Allison, tomando un sorbo lento de su café. El rico aroma terroso del café la ayudó a concentrarse, centrando sus pensamientos mientras consideraba las implicaciones. Sin perder tiempo, Kellan cogió su portátil de la mesa auxiliar y lo abrió, poniéndolo delante de Allison.
«Este comerciante implantó un chip de rastreo en el cuerpo de Lilian, monitoreando sus signos vitales en tiempo real», explicó.
En la pantalla apareció una cascada de gráficos coloridos y datos fluctuantes, que representaban varias métricas físicas que cambiaban cada segundo.
«Claramente, sus signos vitales están fluctuando enormemente», señaló Kellan, entrecerrando los ojos mientras estudiaba la pantalla. «Pero al menos sabemos que sigue viva».
La mirada de Allison permaneció fija en la pantalla, sus agudos ojos identificaron rápidamente numerosas irregularidades en los datos que cambiaban rápidamente. Tenía claro que el cuerpo que estaba siendo monitoreado había sido sometido a una serie de experimentos brutales, cada uno de los cuales dejaba rastros en los puntos de datos fluctuantes que se mostraban.
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