Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 487
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 487:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Allison estaba sentada con él.
Sintiendo una chispa de satisfacción, Gordon se inclinó más cerca, bajando la voz. «Por cierto, ¿esos hombres con los que traté? Son algunos de los remanentes de las Islas Quemadas, los que escaparon la última vez».
«¿La mafia?» Murmuró Allison. «Parece que nos están vigilando».
Desde una perspectiva externa, la forma en que estaban sentados juntos, con las cabezas casi tocándose, parecía casi íntima. Su conversación en voz baja se mezclaba con el murmullo de la multitud, dejando su conexión como un misterio para los espectadores. En las sombras, Carole los observaba con silencioso asombro.
El nombre de Gordon conllevaba cierta reputación: un rebelde, una figura evitada durante mucho tiempo por la gente. Pero allí estaba él, su tono suavizado y su postura despreocupada junto a Allison. Luego estaba Kellan.
Su mirada se endureció, sus puños se cerraron con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos, el chasquido sordo de los huesos era el único sonido que delataba su hirviente frustración.
Los observaba como un halcón hambriento. No podía soportar la visión.
Odiaba la sensación, esa posesividad furiosa que surgía de improviso.
Verla tan cerca de Gordon, riendo suavemente y hablando en voz baja, avivó las brasas de algo primitivo. Instintivamente, pensó en una docena de maneras de eliminar al hombre.
Le vinieron a la mente métodos rápidos y despiadados, métodos que podría ejecutar sin vacilar. Pero sabía que no podía actuar.
Si lo hacía, Allison le odiaría para siempre.
Sintió que su corazón se hundía en el hielo. Se sentía frío, sofocado.
Lo estaba destrozando.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué se sentía así? Su corazón estaba tan frío que podría meterlo en una taza.
«¿Tiene planes con él, señorita Clarke?», preguntó, luchando por mantener un tono neutro.
Allison lo miró a los ojos oscuros, con mirada firme y tranquila. Pero antes de que pudiera responder, Gordon se movió y se colocó justo delante de ella, trazando una sutil línea entre ellos. «Señor Lloyd, creo que ya conoce la respuesta».
Se encontró con la mirada de Kellan.
«Pero no son horas de trabajo, y Allison tiene derecho a su propio tiempo. ¿Necesito recordárselo?»
Entre líneas, estaba diciendo: «Atrás. No es asunto tuyo».
Gordon hizo girar un pétalo entre sus dedos, cada lento giro de su mano una declaración silenciosa.
No iba a dejar escapar lo que quería.
«Estoy hablando con la señorita Clarke -replicó Kellan, en voz baja, con una furia contenida.
Sus ojos se clavaron en los de Gordon.
Ambos sentían la intención asesina del otro. Ambos esperaban el choque inevitable.
La sonrisa de Gordon parecía inocente, casi demasiado inocente. «Señor Lloyd, ¿hay un atisbo de frustración en su voz?», preguntó, con un tono aparentemente informal. «Aunque dirigió su pregunta a Allison, no puedo evitar notar que el asunto también me concierne a mí».
.
.
.